Casi seis décadas de matrimonio dan para mucho, especialmente si no hay amor como en el caso de don Juan Carlos y doña Sofía. Si en los últimos años las faltas de respeto del Rey a su esposa han sido evidentes, gracias a Jaime Peñafiel hemos podido saber que este comportamiento viene de largo y nada tiene que ver con la rutina o la monotonía que se produce después de tantos años de convivencia.
Un matrimonio con poco amor y mucha conveniencia
> Nuestro actual jefe de Estado está casado con una periodista. Un hecho que vivimos con normalidad hoy en día. Sin embargo, hace décadas era una locura pensar que un noble pudiera casarse con alguien cuya sangre no fuese azul. De este modo, don Juan Carlos de Borbón no pudo elegir y le fue impuesto ( y viceversa) un matrimonio con Sofía, hija del rey Pablo I de Grecia y la reina Federica. Escasos meses después de verse por primera vez en una boda real, anunciaron la suya. El 14 de mayo de 1962 se convertían en marido y mujer. Ya no había vuelta atrás.
A pesar de que se las prometían felices, ambos sabían que aquello tenía difícil solución. No había amor por ningún lado. Ni siquiera el nacimiento de sus tres hijos, el príncipe Felipe, la infanta Cristina y la infanta Elena, pudo revertir la terrible situación. Es cierto que siempre se han mostrado como una familia al uso en la que todos los españoles podían reflejarse. Pero la realidad nada tiene que ver con eso. Esa estampa de armonía, tranquilidad y estabilidad era solo de cara a la galería. Y es que ninguno de ellos quiso nunca dañar a la institución a la que representan.
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Unas llamativas declaraciones
> El paso del tiempo ha hecho posible que muchas cosas cambien. De hecho, ese hermetismo que rodeaba antes al jefe de Estado ha desaparecido por completo. La prensa se hace eco continuamente de informaciones buenas y malas relacionadas con nuestra monarquía. Además, el propio rey Juan Carlos ha llegado incluso a conceder entrevistas. La conversación que mantuvo con Laurence Debray fue censurada en España, pero al fin se ha publicado el contenido. Ha sido la revista gala Point de Vue la encargada de publicar este suculento contenido hasta ahora inédito.
Entre las muchas cosas que cuenta, sorprende enormemente que hable de una manera tan fría de su boda, el momento que debería haber sido el más feliz de su vida. «El día de antes estaba practicando judo con mi cuñado Constantino. Él es un excelente profesor. Estábamos de risas, tirándonos al suelo el uno al otro, y se me salió el hombro. Tuve que ir al hospital. El día de la boda todavía me dolía muchísimo. Me pusieron infiltraciones. Aun así pude bailar. Me quedaba el otro brazo», explicaba.
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El peor cumpleaños de doña Sofía
> Si alguien conoce de primera mano los entresijos de la corona, ese es Jaime Peñafiel. El conocido periodista ha sido testigo directo de miles de momentos protagonizados por don Juan Carlos y doña Sofía. Pero hay uno que le ha marcado especialmente: el viaje oficial que los llevó a Kuwait, Japón, Indonesia y Qatar en noviembre de 1980. Justamente el día 2 de ese mes la reina cumplía 42 años. Lo que no podía prever la griega es que de parte de su marido recibiría como regalo una humillación. Un bochornoso momento del que conocemos ahora todos los detalles gracias al relato que hacía en El Mundo el hombre que más sabe de realeza de nuestro país.
«Nos encontrábamos en la Embajada española en Yakarta. Era justo el 42 cumpleaños de la Reina. Allí los Reyes ofrecían una recepción a la colonia de compatriotas. A la vez, al ministro Pérez Llorca se le ocurrió organizar, en un rincón del saloncito de la recepción, una rueda de prensa. Tras varias miradas incendiarias, el Rey dejó a los invitados con la palabra en la boca. Al pasar junto a los periodistas nos gritó lleno de ira. Sin detenerse, caminó hacia la salida, seguido de la pobre Reina que le suplicaba : “¡Juanito, Juanito!”. “¡Ni Juanito ni hostias !”, fue su respuesta antes de dar con la puerta en las narices de doña Sofía y regresar a su residencia», relataba. Sigue leyendo y entérate porque hay algo aún más fuerte.
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Las faltas de respeto más sonadas
> Aquella mala contestación no es un hecho aislado. Son incontables las ocasiones en las que hemos podido comprobar cómo el Rey trataba mal a su esposa. Además lo ha hecho de manera pública, generando un enorme revuelo. Juan Carlos recibió muchas críticas en 2011, cuando acudió con doña Sofía al aeropuerto de Madrid para recibir al Papa Benedicto XVI. El Sumo Pontífice, que visitaba la capital con motivo de las XXVI Jornada Mundial de la Juventud, no daba crédito a la escena: el monarca intentó apartar a la Reina dándole con la muleta que en esos momentos le ayudaba a andar.
A pesar de que desde Casa Real intentaron frenar las críticas explicando que todo se debía a un error de Protocolo, la gente aún tenía presente que solo doce meses antes había ocurrido algo similar. El verano anterior los Reyes acudieron a la catedral de Santiago. Parecía que don Juan Carlos se iba a caer y su esposa le sujetó. Un gesto con el que él enfureció. Hizo varios apavientos para conseguir que su mujer le soltara y los minutos posteriores se vio como había un cruce de reproches.
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Una ajetreada vida sentimental
> Doña Sofía siempre ha tenido un impecable comportamiento. Ha aguantado vientos y mareas con la mejor de sus sonrisas. Pero hay que tener en cuenta que la madre de Felipe, Elena y Cristina esconde mucho sufrimiento. No es plato de buen gusto saber que tu marido te es infiel con otras personas. Las relaciones extramatrimoniales de Juan Carlos han salido a la luz tras su abdicación. Hasta la fecha eran un tema tabú, algo completamente prohibido. Sin embargo, esta información siempre ha sido vox pópuli y, por supuesto, la griega era la primera conocedora de estas andanzas.
El Rey ha tenido una lista interminable de amantes entre las cuales destacan dos: Marta Gayá y Corinna zu Sayn-Wittgenstein. La primera de ellas, decoradora mallorquina, es definida por muchos como el gran amor de su majestad. Juntos estuvieron varios años e incluso él pensó en divorciarse. Una idea que se volvió a plantear de nuevo décadas después, cuando salía con la princesa Corinna. En medio de estas relaciones también tuvo escarceos con Bárbara Rey.
