Lo que mal empieza, mal acaba. La relación de Edmundo Arrocet y María Teresa Campos no empezó con buen pie. A pesar de que ahora parecía que las aguas se habían calmado, la realidad vuelve a salir a la luz. El último comportamiento del humorista con su pareja y las hijas de esta acarrearán graves consecuencias. Todo apunta a que estamos ante el final de uno de los noviazgos más mediático de los últimos tiempos.
El momento perfecto para empezar de cero
> María Teresa Campos tiene la esperanza de que a partir de marzo recibirá llamadas de otras cadenas para incorporarse a sus filas. Además, se sabe que está participando en la preparación de un documental que tiene como protagonista a un famosos cantante que forma parte de su lista de amigos íntimos. Este pequeño proyecto la mantiene muy ilusionada puesto que ella se niega a jubilarse. Sigue soñando con una despedida a lo grande: un programa de entrevistas que termine su emisión con un invitado bomba.
Pero hasta que eso llegue, la presentadora es consciente de que tiene que reducir el alto nivel de vida que llevaba. Así, ha apresurado su proceso de mudanza y ya se está instalando en su nuevo domicilio. Y es precisamente en medio de este cambio cuando hemos podido ver un dato más que deja claro que no está en su mejor momento con Edmundo. María Teresa no ha contado con la ayuda de su pareja sentimental. La persona que se ha encargado de supervisar el traslado con ella ha sido Gustavo, su chófer y persona de confianza. Un hombre al que está muy agradecida puesto que su premura hizo posible que los efectos del ictus que sufrió no fueran devastadores.
