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martes, 7 mayo 2024

El «huracán» David Bisbal arrasa por donde pasa: corazones rotos y sus frentes abiertos con las mujeres

A pesar de que tiene cara de bueno, David Bisbal arrasa por donde pasa. El cantante tiene varios frentes abiertos con sus exparejas, especialmente con su exmujer, Elena Tablada. Estos frentes pueden perjudicar a su relación con su hija, Ella, que es la máxima perjudicada en los líos de su padre.

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La polémica forma en la que David Bisbal cortó con Chenoa

Chenoa

>En su libro, Chenoa comparte momentos muy íntimos y delicados, como la ruptura con David Bisbal. Según cuenta la extriunfita, «Una semana antes de regresar de su viaje, David me envió un ramo precioso con una nota que decía algo así como ‘Ya llego’. Yo seguía flotando en mi nube de amor y flores blancas, cómo no iba a hacerlo. Cuando regresó, yo estaba trabajando y, al volver a casa, me lo encontré con la maleta hecha. ‘Tengo que pensar, necesito tiempo, mejor lo dejamos'». 

Pero no le dio la menor importancia. Ya les había pasado otras veces y había vuelto al poco tiempo. «Él me quería y punto», decía. Afirma que cuando lo llamó al día siguiente no notó nada raro, estaba viendo la tele con sus padres. Es por eso por lo que pensó que todo volvería a ser como siempre en cuestión de días, pero no fue así.

Unos días más tarde, alguien me llamó por teléfono. No soy capaz de recordar quién fue. ‘Pon la tele’. Allí estaba David, en una rueda de prensa en Caracas, encantado de la vida, diciendo que no estaba con nadie”, cuenta Chenoa

«Esas palabras se me clavaron en el pecho como balas, no podía respirar. Su ropa estaba en el armario. Desde el sofá donde me sentaba podía ver sus cosas, que aún estaban por toda la casa. Aquello tenía que ser una broma de mal gusto, pero no: era el peor día de mi vida», escribe Chenoa en su libro. 

Pero la cosa no acabó ahí. Confiesa que lo llamó y una voz contestó que aquel número no correspondía a ningún usuario. «Él no estaba con nadie y el teléfono no era de nadie. Volví a marcar. Nada». «Quería morirme. Llamé a su hermana. Vaya papelón, la pobre. Me dijo que lo entendiera, que no me podía dar el número nuevo. Había cambiado de teléfono. Fue devastador».