Doña Sofía no está de acuerdo con ciertas actitudes de don Felipe y doña Letizia. La pareja ha hecho frente común y están de acuerdo en opacar a la infanta Elena. Esto es algo que doña Sofía no va a consentir y ya ha movido ficha. Tras conseguir el regreso de la infanta Cristina a la familia, la reina quiere que su hija mayor ocupe el lugar que le corresponde. Ya ha movido ficha y no va de farol. Te lo contamos todo a continuación.
La infanta opacada
> La infanta Elena quedó fuera de la representación oficial de la Corona al mismo tiempo que su hermana Elena. No se esgrimieron razones de peso porque no las había. Se dedujo que los reyes actuaron de forma preventiva, por si acaso. La realidad es que la hija mayor de los reyes eméritos no se ha visto envuelta en escándalo alguno. Además, muchos la consideran una pieza imprescindible por su aceptación popular.
La decisión no pilló por sorpresa a Elena. De hecho, ante las muestras de cariño y solidaridad que recibió, expresó: “Lo esperaba. Sabía que este momento iba a llegar”. Además, añadió, “Si alguna vez me necesitan, aquí estoy”. Unas palabras que muestran muy a las claras que para ella, la Corona está por encima de todo. Nada que ver con la actitud revanchista de otros miembros de la familia.
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Bofetada sin mano de doña Sofía a Letizia
> Doña Sofía ha aprovechado un acto para reivindicar a Elena. Ocurrió durante la entrega de Becas de la Fundación Reina Sofía – Fundación Mapfre para la investigación de Enfermedades Neurodegenerativas. En Mapfre trabaja Elena como directora de proyectos sociales y culturales. Una ocupación que ha levantado ampollas por el sueldo que recibe, 300.000 euros anuales. A pesar del cargo que ocupa, no era necesario que la infanta tuviera una posición tan visible durante la visita de su madre. Sin embargo, la reina quiso reivindicarla desde que llegó hasta que se fue y de ahí que le diera un lugar prominente.
Elena estaba radiante ante el apoyo de su madre. Aunque calla, lo está pasando mal por no formar parte de la agenda real. Considera que no ha hecho nada para merecer ese trato. Se comprende, por tanto, la bofetada sin mano de doña Sofía a Letizia, una de las mayores detractoras de su cuñada. No la soporta, no le habla y ha insistido al rey para que la eliminara de las tareas de representación oficial.
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Doña Sofía va a por Letizia
> Doña Sofía está en un momento de su vida que hace lo que tiene que hacer. Le preocupa la situación en que quedarán sus hijas cuando ella no esté. Sabe bien que doña Letizia no traga ni a Elena ni a Cristina. En este sentido, cuenta con el apoyo de don Felipe. De ahí que la reina se ocupe y preocupe por encontrar la manera de devolver el esplendor perdido a las infantas.
De un tiempo a esta parte, las conversaciones de doña Sofía con su hijo se han intensificado. Ella quiere que don Felipe cambie de actitud. Considera que en el tema familiar, escucha y hace demasiado caso a Letizia. Y esto, en opinión de la reina, es un error dada la animadversión de doña Letizia a sus cuñadas.
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Para Letizia solo cuenta su familia
> Una de las cosas que más disgustan a doña Sofía es el especial hincapié que ha hecho Letizia en separar a Felipe de los suyos. Desde el minuto uno, doña Letizia ha insistido en crear una vida familiar donde no tienen cabida los Borbón pero sí los Ortiz-Rocasolano. Tan solo hay que ver en la comunión de la infanta Sofía no estuvieron sus tías Elena y Cristina. En cambio, los Ortiz-Rocasolano tuvieron un papel predominante.
Don Felipe ha sido criado haciendo hincapié en la importancia de los lazos familiares. Debido al destino que le esperaba, sus padres le inculcaron que podría fiarse de poca gente. De ahí que compartiera tanto con Elena y Cristina. Jugaban y estudiaban juntos. Tan solo se habilitó un cuarto en palacio para eso. Sin embargo, la llegada de Letizia lo ha cambiado todo.
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Doña Sofía tiene más poder del que Letizia quisiera
> Letizia creía que cuando don Felipe fuera coronado rey su familia política quedaría fuera de escena. Sin embargo, los acontecimientos se han desarrollado de una manera que han convertido a doña Sofía en imprescindible. La reina no consigue empatizar y su rechazo en una buena parte de la sociedad es manifiesto.
Ni la maternidad ha conseguido acercarla. Al contrario, se la percibe todavía más controladora. En público no para de atraer la atención de Leonor y Sofía. Todo el rato está atusándoles el pelo o captando su interés. Tampoco ha ayudado su intrusión en la cocina del colegio donde estudian sus hijas. Los menús se han cambiado por expreso deseo de ella. Los padres no pueden hacer fotos de los festivales donde participan los alumnos y encima a las infantas no se les puede preguntar a qué dedican el tiempo libre.
