Estamos ante uno de los enfrentamientos con más repercusión de la reina Letizia. Tras una temporada marcada por sus continuos desaires a los Borbones, ahora la mujer del jefe de Estado tiene nuevos enemigos. Y lo curioso de todo es que son personas que forman parte de su propia familia. Ha impuesto la ley del silencio sin pensar en que, por primera vez, alguien se le revelaría. Descubre este escabroso episodio de la monarca consorte.
Una mayoría edad llena de nefastas consecuencias
> Con su llegada a la mayoría de edad poníamos cara a Carla Vigo, la única hija de Érika Ortiz y Antonio Vigo. La joven, que hasta entonces había vivido en el más absoluto anonimato, saltó a la palestra el mismo día que cumplió los 18, el pasado mes de octubre. Y lo hizo por voluntad propia, abriendo sus redes sociales a todos aquellos que quisieran seguirla. Son precisamente sus perfiles personales en Instagram o Twitter lo que nos ha permitido conocerlo todo sobre la primera sobrina de la reina Letizia.
Carla es una joven muy sociable que sueña con dedicarse al mundo de la interpretación. De hecho, se define a sí misma como «actriz y bailarina en proceso». También abrió su propio canal de Youtube, donde compartía vídeos con su padre, con su hermano pequeño… Pero, aunque ella se comporta como cualquier otra joven de su edad, en cuanto se enteraron de su parentesco, todos los seguidores (que crecieron como la espuma) empezaron a hacerle cuestiones acerca de su tía, de sus primas Leonor y Sofía… Lo que no imaginaba es que las consecuencias de esto serían tan devastadoras.
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Carla Vigo, el topo de los Borbones
> Sin pensar en la repercusión de sus actos, Carla ha pasado varios meses entrando al trapo ante sus seguidores. Siguiendo la moda de Instagram de someterse a entrevistas, la joven ha hablado en varias ocasiones de su famosísima familia. Incluso se ha atrevido a defender públicamente el comportamiento de su prima, la futura reina de España, tras el desaire que tuvo con doña Sofía en la misa de Pascua de Palma de Mallorca. «No es desprecio a la abuela. La niña debe estar un poco harta de que jueguen con ella», explicaba.
Y aunque entonces ya recibió un toque de Casa Real, Carla hizo caso omiso a las advertencias. Hace solo unos días se dejaba llevar por la melancolía y compartía la tristeza que sentía en el aniversario de la muerte de su madre. Unas palabras en las que, de manera velada, culpaba a su tía y al marido de esta, Felipe VI, del prematuro fallecimiento de la mujer que la trajo al mundo. «A veces pienso qué te hicieron, yo sé que no eras tú y que si hubiese sido por ti no hubiese cambiado nada. El hecho es que cambió y yo pienso en ti todos los días», aseguraba. Ahí daba pie sin saberlo al inicio de un auténtica guerra que te detallamos a continuación.
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El tremendo enfado de Antonio Vigo
> El comportamiento de la joven ha cambiado de manera radical. Desde el 7 de febrero tan solo usa sus redes sociales para felicitar el cumpleaños a personas de su grupo. Además, publica muchas menos fotos que antes. Queda patente por sus actos que ha recibido una seria llamada de atención por parte de la familia real. A doña Letizia no le gusta nada que sus allegados aireen su vida privada. En su intento de mantenerlos en una burbuja ha impuesto la ley del silencio a todos. Así, habría prohibido a Carla usar las redes sociales con la misma frecuencia que antes.
Esta norma de Letizia ha sido acatada por Carla, pero ha desatado muchas consecuencias. Antonio Vigo, el padre de la adolescente, no está para nada de acuerdo en la reina marque directrices en su casa. Él es quien se ha encargado durante todo este tiempo de la educación y mantenimiento de la joven. Por tanto, considera que es la única persona que tiene potestad para decirle a su hija lo que puede o no hacer. Además, siempre le ha dado mucha libertad a Carla, en la que confía plenamente. Quiere que haga lo que desee y que sea ella misma, que no se sienta en ningún momento coartada. De esta manera comienza un nuevo asalto entre la mujer del jefe de Estado y el que fuera su cuñado.
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Un distanciamiento con numerosos capítulos
> Para situarnos en el comienzo de la guerra entre Letizia y Antonio tenemos que remontarnos a bastantes años atrás. Cuando él salía con Érika todo iba bien, al igual que cuando lo dejaron, que seguían manteniendo una relación cordial por el bien de su niña. Sin embargo, todo cambió con el repentino fallecimiento de la joven. Entonces Vigo, que ahora trabaja como docente en una universidad de Madrid, se enfrentó a una incómoda situación.
Letizia, muy preocupada por el futuro de su sobrina, habría hecho todo lo posible por quedarse con la custodia de Érika. Tanto ella como su madre, Paloma Rocasolano, creyeron que eran las persona idóneas para hacerse cargo de la menor, que entonces contaba solo con seis años de edad. Pero Antonio, roto de dolor, sacó fuerzas de flaqueza se enfrentó a ellas para que no le arrebataran a su pequeña. Y lo consiguió. Eso sí, aquello provocó fuertes tiranteces con la que fuera su familia política. Rifirrafes que ahora se han agravado.
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La unión de los enemigos
> Desde aquel momento, Antonio ha permitido a los Ortiz Rocasolano disfrutar de Carla. Es cierto que entre ambas familias han existido muchas tiranteces y las cosas no han fluido de manera natural. Pero, al fin y al cabo, él no quiso nunca privarla de estar con su familia materna. Eso sí, ahora que la joven es mayor de edad, es ella quien toma las decisiones que cree convenientes. Es Carla quien decide a quién quiere ver y cuándo hacerlo.
La única persona en la que Antonio Vigo ha encontrado un aliado ha sido en David Rocasolano. El famoso primo de la reina fue, curiosamente, el confesor de la difunta Érika. De hecho, ha confesado en varias ocasiones que le llamó pidiéndole ayuda y contándole que se sentía muy sola y agobiada por las «llamadas histéricas y controladoras” de la que entonces tan solo era princesa de Asturias.
