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Preocupación por Las Campos y su economía: al borde de la ruina

María Teresa Campos no es una mujer tacaña. Todo lo que tiene lo comparte, no escatima en gastos, pero todo tiene un límite. Pertenece a ese tipo de gente que como vulgarmente se dice tiene un agujero en la mano…Y parece ser que esa es la marca de fábrica de Las Campos. Viven muy por encima de su nivel de vida, sin escatimar. Y eso termina por pasar factura. Actualmente la matriarca del clan se encuentra al borde de la bancarrota si comparamos su situación con la que vivió hace años. Pero su ruina no es como la del resto de la humanidad, es una ruina de lujo. Ojo al dato.

El palacio de María Antonieta de María Teresa, la cuna de muchos de sus problemas

Casa de María Teresa Campos

> La casa donde aún vive tiene más de 2.000 metros cuadrados y está adornada con un estilo que fluctúa entre el Luis XV y el de las tiendas de muebles de los ochenta. Aunque tenía quince cuartos de baño, pero el mote de Villa Meona ya se lo habían puesto a la casa de Isabel Preysler. Arañas, mesas de caoba, lujo a todo trapo, tapicerías de damasco, cortinones de seda, solo le faltaban los lacayos.

Era el sueño de cualquier mujer que quisiera reencarnarse en María Antonieta. Estaba situada en Molino de la Hoz de las Rozas. Tenía gimnasio, y una piscina con un vaso de cristal que daba al sótano de la casa, de forma que los invitados podían ver a la gente bañarse mientras tomaban una copa. No había ni hombres ni mujeres vestidos de conejitos, pero ni la Mansión Play Boy de Hugh Heffner tenía tantos elementos para fantasear. Su tremendo vestidor con un almacén lleno de centenares de zapatos sería el parque de atracciones de un fetichista. Pero… ¿Cómo eran las fiestas de La Campos?

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