Eugenia MartÃnez de Irujo ha hecho algo nunca visto hasta ahora. Y los cimientos de la Casa de Alba se tambalean. Si el honor y la nobleza se miden por las palabras, lo que ha revelado podrÃa servir, ante el tribunal de la opinión pública, para arrebatarle el tÃtulo de duquesa de Montoro. Ni siquiera su antepasado, el gran duque de Alba, habló asà de sus enemigos, la los que consideraba herejes, hace quinientos años. La persona a la que ha atacado ha formado parte de su familia  y murió hace menos de 20 años.
3El trauma infantil de Eugenia no resuelto hasta ahora
Según relata Eugenia MartÃnez de Irujo, Jesús Aguirre , segundo duque consorte, tuvo una conversación con ella a los 11 años en estos términos: “me llamó a su despacho y me dijo que si vivÃamos en la casa era aún gracias a él. Recuerdo que me puse a llorar, y me dijo que entendÃa que llorara porque mi madre estaba enferma del corazón, y que si algún dÃa le pasaba algo, me quedarÃa en la conciencia, porque la culpa era mÃa. Eso lo tendré grabado en la memoria toda mi vida». Es evidente que a esas edades los niños son muy sensibles e impresionables, pero un programa de televisión no es el ámbito adecuado para ajustar cuentas con el pasado, y menos con personas fallecidas. Eugenia no ha tenido piedad. El difunto no está aquà para defenderse y a veces, con el transcurso de los años, se exageran los recuerdos.