No corren buenos tiempos para la familia real noruega. Al delicado estado de salud del rey Harald se une ahora el hecho de que a Mette-MaritĀ se le ha detectado una grave enfermedad. A la princesa le han diagnosticado fibrosis pulmonar crĆ³nica. Sin tiempo para grises, la esposa de Haakon ha visto como su vida pasaba del blanco al negro en cuestiĆ³n de minutos.
3Haakon repite la historia de sus padres
Una vez mĆ”s, Haakon apoya a su mujer y adaptarĆ” su agenda a las necesidades de ella, que vendrĆ”n marcadas por la enfermedad. Si Mette-Marit necesita reposo porque el dolor le impide cumplir con sus obligaciones, elĀ prĆncipe anularĆ” sus compromisos para estar junto a ella cuidĆ”ndola. La pareja ha decidido que afrontan juntos esta nueva prueba que el destino les ha puesto por delante. La suya es una historia de amor que naciĆ³ envuelta en la polĆ©mica. Cuando se anunciĆ³ que Haakon estaba enamorado de Mette-Marit, surgieron informaciones muy negativas sobre ella. Se le achacĆ³ un tipo de vida licencioso que no se correspondĆa con la realidad. Tampoco gustĆ³ que tuviera un hijo de corta edad.
En esta ocasiĆ³n, tanto el rey Harald como la reina Sonia apoyaron a la pareja. Ellos sufrieron lo suyo hasta conseguir la aprobaciĆ³n para contraer matrimonio. La reina pertenecĆa a una familia de comerciantes y eso la incapacitaba a ojos de su suegro. Sonia amenazĆ³ con suicidarse cuando el rey Olav enviĆ³ a su hijo a Londres para pasar una temporada. El soberano confiaba en que su hijo encontrarĆa una princesa que le harĆa olvidar a Sonia. Una de las candidatas que gustaban al rey Olav era doƱa SofĆa, que aƱos mĆ”s tarde confesĆ³ que hubo interĆ©s por parte de ambas familias para que iniciaran un noviazgo que ni ella ni Ć©l deseaban.