comscore

BOMBA: La guerra entre la infanta Cristina y la reina Letizia deja una víctima inocente

Todo parecía indicar que la sintonía entre la infanta Cristina y Letizia Ortiz iba a ser excelente. La mediana de los reyes eméritos pasaba por ser una mujer de su tiempo y nada apegada al clasismo. Sin embargo, una serie de movimientos dejaron al descubierto su verdadera cara. Desde entonces, Cristina y doña Letizia mantienen una lucha sin cuartel. Muchos han sido los damnificados. Sin embargo, entre ellos, resulta uno a quien puede calificarse de víctima inocente. Te lo contamos todo a continuación.

13
La familia Urdangarín de Borbón se muda a Ginebra

infanta Cristina

A finales del verano de 2013, la infanta Cristina se trasladó con su familia a vivir a Suiza, después de que la Fundación La Caixa le encargara coordinar sus programas con las distintas agencias de Naciones Unidas cuya sede se encuentra en Ginebra. Iñaki Urdangarín también se trasladó junto a su mujer y a sus hijos, aunque estuvo viajando con mucha frecuencia a Barcelona para continuar con el procedimiento judicial del caso Nóos. Un cambio de residencia que fue muy bien acogido por los entonces duques de Palma para poder alejar a sus cuatro hijos del foco mediático al que estaban sometidos desde que estallara el caso Nóos.

Un foco mediático del que Iñaki Urdangarín no se escondió, incluso cuando ya se había dictado sentencia por el caso Nóos. A finales de febrero de 2017, el marido de la infanta Cristina salió de madrugada de su domicilio en Ginebra para dirigirse al aeropuerto. La sorpresa se produjo cuando éste salió a pie de su residencia para coger el autobús a las cinco de la mañana. Fue entonces cuando Iñaki Urdangarín coincidió con el periodista de El programa de Ana Rosa Pepe del Real, quien estaba haciendo guardia a las puertas de su domicilio. «Le he dicho que si quería, le llevaba yo al aeropuerto, porque tenía el coche de alquiler aparcado cerca, pero me ha dicho que no», explicó el periodista, quien acompañó al marido de la infanta Cristina a pie hasta la parada del autobús público, donde el cuñado del Rey esperó al autobús durante 20 minutos.