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Máxima preocupación por el estado anímico de doña Sofía

Doña Sofía atraviesa un delicado momento. A nivel anímico, está muy tocada. Los últimos escándalos sucedidos en el seno de la familia real la han dejado hundida. La reina emérita no puede más. Otra vez don Juan Carlos la ha humillado públicamente. Las infantas Elena y Cristina le niegan el apoyo que necesita y Letizia sigue poniendo palitos en las ruedas. ¿Necesitará otra vez doña Sofía ayuda psicológica?

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El hombro en el que se apoya la reina emérita

En España, la reina emérita no tiene demasiados brazos a los que agarrarse. Es por eso que la princesa Irene no se separa de ella. Aunque han corrido muchos bulos sobre los motivos que hicieron que se instalara en Zarzuela, la realidad es que lo hizo para estar junto a su hermana. Irene sabe que una reina no puede permitirse abrir su corazón porque sería traicionada. Hay que mantener el porte regio por dentro y por fuera.

La reina emérita jamás quiso tener a su lado una corte de damas de compañía porque vio que el invento no le funcionó a su madre. La lealtad acaba siendo quebrantada por motivos de envidia. Por otro lado, no quería que nada pudiera utilizarse en contra de la monarquía. En carne propia sufrió el dolor de la caída de la familia real griega. Tuvieron que exiliarse. Su hermano tampoco logró salvar su reinado y acabó viviendo en Londres con Ana María y sus hijos.