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Letizia Ortiz al límite: llora amargamente ante el estado de salud de un familiar

Letizia no atraviesa su mejor momento. La vuelta a la rutina no está siendo como ella se hubiese imaginado. Después de sus vacaciones en Nueva York junto a sus hijas y de su comentada estancia en Palma de Mallorca durante el mes de agosto, toca volver a los compromisos profesionales.

Pero hay algo que enturbia su final de verano, y es el delicado estado de salud que atraviesa un familiar muy cercano a la reina. Te contamos todo a continuación.

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Jaime Peñafiel, la bestia negra de doña Letizia

El periodista ha sido uno de los más críticos con doña Letizia. Queriendo o sin querer, desde que se anunció el compromiso de la periodista con don Felipe, Jaime Peñafiel se convirtió en portavoz de los detractores de Letizia. Ella, sobrepasada por la situación, se acercó a él en una recepción en la que coincidieron en el Ayuntamiento de Madrid. Así relató el cronista lo sucedido en Vanity Fair:

“Estábamos en una recepción en el Ayuntamiento de Madrid. Ya se había anunciado el compromiso. Ella (Letizia) me vio y se vino para mí llevando detrás a ministros, a la gente de la casa, al alcalde… Entonces me apunta con el dedo y me dice (pone voz autoritaria) ‘¡Mírame a los ojos! ¿Estoy triste? Lo has dicho tú’. Y le dije: ‘¡Cómo voy a decir esa tontería!’. Y como la cosa se ponía fea, tuve la serenidad del momento de decir: ‘Letizia, tú que eres una persona muy culta te voy a recitar un poema de Gutierre de Cetina que posiblemente sepas’. Pero el asunto no acabó aquí…

“A todo esto había un silencio sepulcral, porque la gente le había oído gritar y todos estaban pendientes. ‘Ojos claros, dulces y serenos, de un dulce mirar sois alabados, ¿por qué, si me miráis, miráis airados?’. Y me interrumpió: ‘¡Yo no estoy airada!’. Le dije pues estarás disgustada. ‘¡Yo no estoy disgustada!’. Pues estarás cabreada. Entonces me cogió la mano y me dijo: ‘Te voy a dar un consejo’. (Interrumpe el relato indignado) ¡¿A mí, que llevo 40 años de profesión?! ‘Antes de hablar, llama a Zarzuela’”.

Le contesté: ‘¿Pero qué me estás diciendo?’. Y siguió indignada increpándome: ‘Además es que te metes con mi familia’. Yo le respondí: ‘Decir que tu abuelo es taxista y tu madre sindicalista es meterme con ellos?’. Y lo siguiente fue que me metía con sus tacones. Incluso casi se quita un zapato para enseñarme que no llevaba un tacón de 10 cm. Al final me cogió las manos y me dijo: ‘Tenemos que vernos más’, y hasta hoy. Me puso en una situación muy violenta, ella se equivocó, y yo que soy pacífico me sentí bastante agredido. Y desde entonces ella puede pensar que no lo he olvidado, pero a la media hora ya ni me acordaba”.

 

 

 

 

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