Su nombre era Rafael Aguilera Pérez. Su nacionalidad, marroquí y su posición, altísima. El gran amor de la vida de Mila Ximénez no es, ni de lejos, Manolo Santana. Con el tenista apenas convivió unos años y le dio lo que ella consideró el mejor regalo de su vida: su hija Alba. En cambio ahora la noticia es otra. Ximénez rompe su silencio y habla del hombre al que más amó en su vida: Rafael Aguilera Pérez, fallecido el pasado 23 de febrero.
«Se ha ido una parte de mi vida. Jamás volveré a abrazarlo en ese mundo mágico de clandestinidad que nos salvaba del frío de la calle. El dolor me estrangula. Jamás amé tanto a alguien y jamás me obstiné tanto en la torpeza de no demostrárselo». Este es el breve resumen de la emotiva carta que Ximénez ha publicado en su blog semanal de la revista ‘Lecturas’.
Pese a la naturalidad que la colaboradora aporta hoy a este asunto, lo cierto es que hace apenas uno año, en el programa vespetino de Telecinco, sus compañeros jugaban al despiste con un nombre que floreció y que la mosqueó profundamente. En una actividad entre compañeros por el día de San Valentín, Mila Ximénez se dejaba sorprender por el equipo del programa y Jorge Javier Vázquez apuntó que recibiría la visita de un nombre cuyo nombre contenía la letra ‘L’. «¿Puede ser Manuel o Rafael?», preguntaba con mala baba su antiguo compañero Kiko Matamoros. «¡Basta ya!», protestaba la ex de Manolo Santana.
Mila Ximénez se rompe por el fallecimiento de Rafael Aguilera Pérez, su gran amor
Mila Ximénez siempre ha protegido profundamente al que fuera el amor de su vida. Tan solo una vez emitió su nombre en público. Corría el año 2012 cuando la periodista declaró: «He tenido una persona muy especial durante muchos años, creo que he estado enamorada mucho tiempo de una persona que se llama Rafael. Pero ahora estoy disfrutando no del enamoramiento sino del desenamoramiento. Ya no se sufre, estás más tranquila. Rafael y yo estamos en un momento de reposo… Probablemente nos volvamos a encontrar pero de momento estoy sola y bien«. En estos días, la sevillana llora amargas lágrimas y se despide de él diciéndole «seguirás conmigo hasta que el recuerdo me abandone».
Sobre Rafael no volvió a emitir palabra en público hasta que en una reflexión comentó que: «Si me vuelve a dar un brote de estos, pediré ayuda y me volveré a marchar. Y si me veo muy mal pues me gustaría retirarme e irme a vivir fuera, por ejemplo, a Marruecos pero no tengo la independencia económica para hacerlo ni tengo por qué».
