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Casa Real: Doña Sofía y la infanta Elena marcadas por un tremendo dolor común

No es ningún secreto que en los intramuros de Casa Real se esconden historias para no dormir. Lejos de los jardines de Zarzuela, una madre y una hija comparten un dolor que arrastran hasta nuestros días.

Doña Sofía sintió un enorme ilusión cuando el primer hijo que trajo al mundo se trató de una niña, Elena. Pese a que el príncipe Felipe es el niño de sus ojos, y sobre él llegó a declarar «estoy enamorada de mi hijo», su verdadera debilidad es Elena, con quien comparte una fluida relación y en estos días, algo una situación que las une más que nunca.

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La infanta Elena, también lejos de Casa Real

Casa Real

A estas alturas del partido, la infanta Elena es una mujer absolutamente independiente. No es este el dolor al que hacemos referencia. La hija mayor de los Reyes Eméritos se desvinculó de los actos oficiales de Casa Real cuando en 2007 comunicó el cese temporal de la convivencia con el que fuera su marido, Jaime de Marichalar.

Dos años después del anuncio de Casa Real, el matrimonio firmaría el divorcio de mutuo acuerdo. Según revela la escritora Ana Romero en el libro ‘El Rey ante el espejo’, Jaime de Marichalar «es una mala persona», y no estaba dispuesto a ser «un segundón»: «Marichalar se creía el padre del futuro rey de España (Felipe Juan Froilán), sobre todo en la época en la que se rumoreaba, sin fundamento alguno, que el príncipe Felipe era gay. Después (con la boda de Felipe y Letizia) perdió el interés». No hay ninguna duda de que la figura de Jaime de Marichalar en Elena supuso un cambio a mejor en un sinfín de aspectos.