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La sorprendente nueva profesión de Miriam Sánchez que te dejará muerto

La que fuese actriz porno y asesora del amor ha decidido emprender una nueva carrera profesional en su vida. Ahora alejada de los medios de comunicación, quiere disfrutar de una vida tranquila y un trabajo estable. Por eso ha elegido una profesión con demanda constante en la que el trabajo no le faltará para continuar con su vida.

La sorprendente nueva profesión de Miriam Sánchez que te dejará muerto

Ya separada del que fue su marido y compañero de programa Pipi Estrada y enfrascada en una nueva relación con el bailarín Cristo Vivancos, Miriam Sánchez ha decidido dar un paso adelante y convertirse en una profesional de los pies a la cabeza. Por eso, ha iniciado un curso de tanatoestética y tanatopraxia. Para todos aquellos que no estén relacionados con esta profesión, se podría explicar como que sería la persona que vestiría, maquillaría y peinaría a aquellas personas ya fallecidas, antes de iniciarse el velatorio del cadáver.

Esta profesión, para ventaja de Miriam, siempre tiene bastante demanda, porque los clientes nunca dejarán de llegarle. Una carrera, además, bien retribuida, ante el escaso número de profesionales que se muestran dispuestos a ejercerla. De media, un tanatopractor suele cobrar una cifra que ronda los 1.700€ al mes.

La sorprendente nueva profesión de Miriam Sánchez que te dejará muerto

No sabemos si por problemas económicos o por vocación, lo cierto es que Miriam enfundará una brocha para ejercer su trabajo, tan digno como cualquier otro. Lo cierto es que, en ciertas situaciones, esta labor es solo apta para los estómagos con más aguante, porque también tendrá que tener conocimientos para reconstruir cadáveres, conservarlos correctamente y restaurarlos si es necesario.

Lo cierto es que el cambio es sustancial al pasar de ser uno de los personajes más prolíferos del corazón en nuestro país, dejando de pasearse por photocalls con vestidos de alta costura, a hacerlo por los pasillos internos de un tanatorio con una bata, mientras pone guapa a una anciana recién fallecida, a la espera de que le asignen una sala para su velatorio.