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Amores y desamores de una infanta: los romances de Elena de Borbón, al descubierto

La infanta Elena no ha sido nunca una mujer demasiado hermosa. Tiene el rostro típico de la familia Borbón, siendo la que más se parece a su padre. Eso no le impide tener un largo historial de conquistas. De la misma forma que ha heredado las facciones puede que haya adquirido ese don para la seducción que tiene su progenitor.

Para poder casarse tuvo que contar con la aprobación de sus padres. Una tarea difícil por ser la mayor y el primer miembro de la casa real que contraía matrimonio. Se inclinaron por el más aristocrático y no les termino de salir bien. Quizá debería haber apuntado a alguno de estos…

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Felipe Zuleta, el entrenador

Otro jinete, en este caso entrenador profesional fue el siguiente candidato a ocupar el corazón de la infanta Elena. Es un amor de esos que dejan huella, la infanta inicio una relación con él años antes de casarse con Marichalar. Estaba muy  vinculado a la familia real y le conocían a la perfección.

Se ve que a la infanta le deben ir los caballos y las personas que sepan montarlos, porque siempre acaba recurriendo a estos profesionales. En el caso de Zuleta cuando se separó de Marichalar volvió a caer en sus manos. Es un hombre con quien se llevan a la perfección y hay una química especial.

Puede que Zuleta se acabe convirtiendo en el padrastro de Froilán, el tiempo lo dirá.