Desde que Jaime Rafael Ramos María de Marichalar y Sáenz de Tejada, más conocido como Jaime de Marichalar, se divorciara de la infanta Elena de Borbón en enero de 2010 dejando de ser así el miembro díscolo de la Casa Real española, su vida ha pasado a ser un auténtico remanso de paz. Atrás quedaron los escándalos. De hecho, nadie apostaba por su discreción. Los corrillos de la prensa rosa advertían de las posibles duras consecuencias de tener al yerno más indisciplinado lejos de la realeza… Pues ya lo advierte el dicho, «mantén a tus amigos cerca, pero a los enemigos más».
Diez años después de su comentado «cese temporal de la convivencia», la realidad es otra muy distinta a cómo la pintaban por entonces: descubrimos cómo es la verdadera, ejemplar y comedida vida de Jaime de Marichalar.
Iñaki, condenado VS. Marichalar, vida ejemplar
Iñaki Urdangarin vive en Ginebra, Suiza, junto a su esposa la infanta Cristina de Borbón y sus cuatro hijos a la espera de que la desesperante lentitud de la justicia española tenga a bien decir en qué queda finalmente el caso Nóos, y se haga público el futuro de Urdangarin. Dicen quienes lo saben que la sentencia se podría hacer pública la próxima Navidad. Un caso que ha manchado con ríos de tinta el prestigio de la Casa Real de España y por ende a su familia.
Quién iba a decir hace 20 años que sería Urdangarín, el yerno ‘real’ ejemplar, el que estaría a punto de ir a la cárcel y Marichalar, el díscolo de la familia, el que tuviera una vida prácticamente ejemplar, ¿verdad?
