El programa se encuentra a pocos días de conocer sus cuatro finalistas. El próximo jueves se vivirá la última gala desde Honduras con doble expulsión y las espadas están en alto. Los últimos días de convivencia captaron la atención de casi el 20% de la audiencia y más de dos millones de espectadores.
La pizza de la discordia
Alba y Laura Matamoros tenían la misión de viajar hasta otro Cayo para enfrentarse a una gran tentación. Ambas se encontraron con una gran pizza y tenían la opción de quedarse esa recompensa o seguir buscando otra recompensa que no sabían si sería mejor o peor para ellas.
Los chicos desde la isla, sí sabían que había después y se trataba de un útil chisquero. Finalmente decidieron quedarse con la pizza sin saber que habría más allá, el problema vino cuando se comieron solitas toda la pizza que tenían. Todos sus compañeros fueron en contra de ellas. El más duro y el único que se atrevió fue Iván.
