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Nadie es perfecto: los mayores escándalos de Ana Rosa Quintana

En el otoño del año 2000 Ana Rosa Quintana tocaba fondo. La presentadora era acusada de haber plagiado su libro, éxito editorial gracias a su plataforma televisiva. La presentadora se excudaría en la traición de un colaborador estrecho y El País relataba el drama: «Planeta retira del mercado todos los ejemplares de Sabor a hiel, el folletín con el que debutó Ana Rosa Quintana en la literatura, ante las numerosas pruebas de plagio. El semanario Interviú reveló ayer que Quintana copió párrafos de Mujeres de ojos grandes, de Ángeles Mastretta, además de los ya sabidos de Álbum de familia, de Danielle Steel. Desde México, Mastretta se lo tomó con humor: «Estoy tratando de sentirme molesta, pero no puedo. Me divierte verme parafraseada en un libro de tanto éxito, aunque sí, lo ideal es que te citen»».

Nadie es perfecto: los mayores escándalos de Ana Rosa Quintana

Nadie es perfecto: los mayores escándalos de Ana Rosa Quintana

 

Uno de los escándalos más monumentales de la carrera de Ana Rosa Quintana recibió en Sabor a ti una llamada de la cantante María Jiménez, molesta sobre el tratamiento recibido en una tertulia sobre su vida personal: «Yo conozco tu vida, que me tenéis hasta el mismísmo coño». AR se defendía, «en este programa siempre se te ha defendido». Pero la andaluza estallaba: «Si digo a quién se la tuviste que chupar para estar donde estás. Yo no te lo digo ahora, te lo voy a decir a ti (…) Utilizáis mentiras, tú no tienes respeto profesional y lo voy a demostrar». La presentadora, visiblemente molesta, soportó estoica el chaparrón mientras seguía recibiendo estopa: «Tú no haces más que el mamarracho». María, fuera de sí, perdió la razón aquella tarde ante el enfado de la comunicadora reina de las tardes.

Nadie es perfecto: los mayores escándalos de Ana Rosa Quintana

«Me parece bien que le hayan partido la cara». Con esta frase Ana Rosa Quintana parecía revelar su posición sobre la agresión a una joven murciana con pasado violento. La comunicadora señalaría para excusarse que no era «consciente» de haberlo dicho señalando que esto era «una frase sacada de contexto y que además no me acuerdo del contexto. Yo no digo una cosa dentro y otra fuera. Les voy a decir exactamente lo que opino, pero desde luego lo que no opino es que me parece bien que le hayan partido la cara a nadie. Ni a esta chica de Murcia ni a nadie. Tampoco dije la chica de Murcia con lo cual no sé si estaba hablando de eso o de otra cosa…, pero da lo mismo. Quiero que quede claro: no me gusta, no quiero que le partan la cara a nadie, ni a unos ni a otros. Dicho esto, y si quieren que hable de Murcia, hablo de Murcia…».

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Con Pepe Navarro perdió su amistad por el tratamiento hacia él de ¿Dónde estás corazón?, programa de su productora. Cuenta el cordobés en su libro de memorias el día en el que se vio con AR en un conocido restaurante de Madrid y sucedió la siguiente conversación:

-«¿Tú eres consciente del daño que nos has hecho a mi familia y a mí?»

-«¿Yooooo?»

-«Tú solo eres la propietaria de la productora»

-«Sí, pero no tengo nada que ver»

-«Tú solo cobras»

-«Ay, que desagradable», dice Pepe que dijo AR ‘ofendidísima’

-«Sí, es mejor que te vayas a donde te tengas que ir»

Pepe remató la anécdota tildándola de «plagiadora y reina del Photoshop». Hace unos días la comunicadora recordaba en su programa: «Yo lo siento mucho, y a mi perdonadme… No tengo ninguna relación con Pepe, es más, Pepe tiene una bastante mala conmigo».

Nadie es perfecto: los mayores escándalos de Ana Rosa Quintana

 

Los sucesos, en los que se ha centrado en los últimos años, también le jugaron una mala pasada. Ocurrió en 2012, en plena cobertura del caso del niño Gabriel. Con un familiar a punto de responder a El programa de Ana Rosa, su reportero se quejó en directo a su compañero de Espejo Público: «Si nos dejáis que tenemos la entrevista. Estamos haciendo una entrevista muy complicada. Si nos hacéis el favor, es un momentito». AR terciaba desde Telecinco: «Tienes el retorno en el oído. Otros compañeros están preguntando, pero lo que tienes en el oído es el sonido de este plató. Sé que estás confundida, pero voy a pedir a los compañeros a ver si nos podemos centrar y luego le hacen la entrevista tranquilamente. La podemos hacer de uno a uno». Su rival, Susanna Griso, le lanzaba una pulla: «Con un poco de orden, por favor». Y su colaborador, Alfonso Egea, le dejaba un mensaje a AR: «No seremos nosotros los que atosiguemos a un entrevistado».