Los hechos datan del pasado domingo 5 de febrero. Tras presentar por tercera vez consecutiva la gala de los Premios Goya -la menos vista de los últimos años- Dani Rovira y Clara Lago salieron a almorzar con unos amigos a un exclusivo restaurante del barrio de Salamanca. Alarmados por la presencia de los paparazzi, los actores decidieron salir por separado para evitar así ser fotografiados juntos. Nada amigos de la prensa, Clara y Dani, tomaron juntos un taxi del que él salió primero con unas maletas donde portaba el esmoquin y el outfit utilizado la noche anterior para su triunfal presentación. Justo después salía ella de la forma más abrupta y accidentada que podáis imaginar.
En un intento de salir corriendo del taxi para evitar ser fotografiada por los compañeros de prensa, Clara abrió la puerta del coche sin mirar, y en ese momento, un vehículo a máxima velocidad pasó por su lado con el riesgo de, según los propios fotógrafos, haber sido atropellada. En su agonía por zafarse y huir de allí, al abrir la puerta sin ningún miramiento, la actriz -insistimos- a punto de ser arrollada, destrozó el espejo retrovisor del mencionado coche.
En un intento de salir corriendo del taxi para evitar ser fotografiada por los compañeros de prensa, Clara abrió la puerta del coche sin mirar, y en ese momento, un vehículo a máxima velocidad pasó por su lado con el riesgo de, según los propios fotógrafos, haber sido atropellada. En su agonía por zafarse y huir de allí, al abrir la puerta sin ningún miramiento, la actriz -insistimos- a punto de ser arrollada, destrozó el espejo retrovisor del mencionado coche.
