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Mucho miedo: Tamara Gorro podría perder la custodia de su hija Shaila

La felicidad y la eterna sonrisa que parece lucir siempre Tamara Gorro podrían estar muy cerca de helarse. La reciente celebración de su treinta cumpleaños, por todo lo alto, y reuniendo a grandes nombres del mundo del colorín -como Chayo Mohedano, Rosa Benito o Paz Padilla-, ha sido una muestra más del buen momento emocional y personal por el que están atravesando Tamara y su marido, Ezequiel Garay.

Sin embargo, los peores temores de la Gorro podrían materializarse si, al final, se decide hacer efectiva la reciente sentencia emitida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, conocido como el TEDH.

El mencionado Tribunal ha concedido plena potestad a cada uno de los Estados para que decida si retiran, o no, la custodia a los padres de los hijos nacidos a través de la gestación subrogada. Una situación que ya se ha ratificado en Italia.

Shaila, la hija de Ezequiel y Tamara, nació resultado de la conocida como maternidad subrogada -o vientre de alquiler-, un proceso que la íntima de Soraya, Carmen Alcayde o Chayo Mohedano, entre otras, llevó a cabo en California por estar prohibido en España.

Mucho miedo: Tamara Gorro podría perder la custodia de su hija Shaila

Ahora, la decisión de Estrasburgo puede resultar un mazazo para Tamara y para otros muchos famosos que han recurrido a esta técnica para lograr ser padres; entre ellos, Jaime Cantizano, Miguel Poveda o el, recientemente padre de mellizas (Abril y Jimena), Kiko Hernández.

Una decisión que les ha llenado de felicidad, como ellos mismos han reconocido en numerosas ocasiones, ante la imposibilidad de ser padres de otra manera. Y que, por no estar permitida en España, les lleva a tener miedo constante a que les quiten a sus hijos. Algo que reconoció la misma Tamara hace poco, asegurando que «la Fiscalía del Estado todavía me puede quitar el registro de mi hija. No lo han hecho nunca, pero legalmente tienen un año para hacerlo.»

Un temor que, ahora, vuelve a sentirse con más fuerza que nunca.