Nunca antes había sucedido en la historia de sus belenazos. Belén Esteban apareció, como una exhalación, en la hora golfa de Sálvame para dar su replica a la entrevista que Toño Sanchís ha concedido a la revista Lecturas. Belén ocupó la parte final del programa, siempre reservada a aquellos testimonios que, a priori, no tienen tanto tirón mediático y cuyo testimonio es menos importante que el anterior. Es, además, la franja horaria -la del late night- la que comercialmente es menos potente pero, aun así, la forma fácil de recuperar share en caso de pinchar con un espacio.
Una situación insólita, provocada por los últimos datos arrojados por sus últimas entrevistas, en números rojos. La Princesa del Pueblo abordó los asuntos más controvertidos de la entrevista de su ex representante y, de forma categórica, aseguró que el juez había fallado de su parte ante la petición de medidas cautelares «para el embargo de los bienes de Toño». Se refiere a que, tras solicitarlo previamente, el juez ha aceptado su petición y, en caso de que la sentencia sea desfavorable para Sanchís, se podrá hacer frente al pago de la cuantía adeudada: «Lo cuento porque me han autorizado mis abogados». Una medida altamente habitual en procedimientos administrativos similares.
La de Paracuellos también quiso responder a las declaraciones de Toño sobre si estaba realmente enamorada de él: «tienes obsesión conmigo, yo creo que el que estabas enamorado de mí, eras tú». Además, Belén aclaró que no es cierto que ella pudiera entrar a la sala de vistas con su Migue: «entré en la sala sola, aunque me dejaron que entrara alguien conmigo. No es cierto que le pidiera a Miguel que entrara conmigo al juicio».
Por otro lado, la colaboradora negó otras declaraciones del manager, asegurando que «yo iba maquillada en el juicio, así que no creo que me viera bien». Además, Belén Esteban contó que «él me miró a mí, y yo le miré a él».
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