Marta Sánchez es una mujer comprometida. Por eso ha querido dar un paso más en la lucha pública que mantiene contra el cáncer. Si hace unos días brindó su imagen a la nueva campaña de Ausonia para apoyar a las mujeres que sufren la enfermedad, ahora nos ha sorprendido con un desnudo integral en la revista Yo Dona: «Si por posar así consigo que solo una mujer vaya a hacerse una revisión, me sentiré muy pagada».
Aunque las imagenes son realmente cuidadas, se puede observar que la Diva del Pop continúa teniendo unas medidas de infarto. No ha perdido ni un ápice de la perfecta anatomía que lucía en la década de los noventa y que, sin duda alguna, le llevó a convertirse en una de las cantantes más picantes de la época. Ahora muestra su cuerpo sin censuras, sin miedos, sin dubitaciones. Pero no siempre fue así. ¿Qué pasó con su famoso Interviu? Haz click en la siguiente página.
Era un lunes de 1991 cuando los kioskos se colapsaron. Marta Sánchez, al más puro estilo Marilyn Morroe, aparecía semi desnuda en la revista Interviu. La publicación titulaba «Por fin, las fotografías más deseadas» y agotaba las ventas. Siempre rodeada de polémica, tuvieron que pasar varios años hasta que Marta, durante una conversación con Risto Mejide en el programa Viajando con Chester, confesara por qué hizo aquella portada: «Me dejé aconsejar y no fue un buen consejo». La cantante se refería a que, por aquel entonces, Interviu poseía unas fotografías mucho más peliagudas que, en efecto, no quería ver publicadas. Un chance que, según contó ella misma, pasó factura a su carrera profesional.
Pero este no ha sido el único escándalo de Marta. Acostumbrada a estar en boca de todos, también ha sido muy criticada por sus durísimos enfrentamientos públicos, que todavía colean.
Su relación en los escenarios con Carlos Baute hicieron que saltaran todas las alarmas. El roce hizo el cariño. Hasta que lo suyo se convirtió en una relación más que tirante. Aquel famoso Colgando en tus manos, no solo puso en jaque las relaciones sentimentales de los artistas, sino que, con el paso de los años, supuso un enfrentamiento inolvidable. Marta acusó a Carlos de no haber cumplido con las obligaciones contractuales en relación a la parte económica que debió abonarle por el éxito de la canción.
Con Olé olé, Marta conoció lo que era sentirse famosa y deseada. Fueron los años más dulces de la cantante a nivel de popularidad. Los hombres se deshacían con sus contoneos y sus conciertos eran una auténtica revolución social. Sin embargo, la vocalista anterior del grupo, Vicky Larraz, inició una guerra que continúa hasta nuestros días -a pesar de que compartieran hace unas semanas una fotografía juntos-. Vicky considera que Marta no estuvo a la altura de las circunstancias y, en efecto, ni siquiera acudió al concierto benéfico en favor de los hijos de Juan Tarodo.
Sus relaciones sentimentales siempre han sido motivo de locura en los medios de comunicación, aunque sin duda alguna su relación con el ahora cantante Hugo Castejón, fue la más controvertida. Ella misma ha confesado recientemente que se arrepiente de haber dedicado tiempo «a personas que no lo merecían», en clara alusión a Hugo, con quien mantiene una relación muy tensa: «Ella no quiere coincidir conmigo en ningún concierto», ha declarado él.
El carácter de Marta también es de lo más comentado. Tanto es así que, durante su participación en Bailando, un programa de baile de la televisión argentina, se hizo público que tenía grandes e inimaginables peticiones: desde un camerino blanco a toallas del mismo color. Vivió momentos muy convulsos.
Pero de las formas de Marta ya se habló, largo y tendido durante la participación de la cantante como jurado en Tu Cara Me Suena. Marta se granjeó la antipatía de la audiencia que llegó a bautizarla como Sosa Sánchez.
