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Lujo y ostentación: las 10 veces que a la Infanta Cristina le importó un bledo estar imputada

10 años. 10 años y un día exactamente hace que saltó la liebre. La Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, estaban en el punto de mira de la justicia española por movimientos extraños en los que, lejos de vivir como una familia «normal» (dentro de lo normal que puedas ser teniendo en cuenta que eres Infanta de España), lo hacían en un palacete en el barrio más exclusivo de Barcelona, Pedralbes. Un casoplón que había costado nada más y nada menos que 6 millones de euros más otros 2 ó 3 millones que había que añadir para reformarlo. Cuando los ex duques se casaron Iñaki ganaba unas 100.000 pesetas al mes como jugador de balonmano y la Infanta Cristina trabajaba en La Caixa en Barcelona. ¿Son trabajos para hacerse millonarios? ¿De dónde sacas pa’ tanto como destacas?

Lujo y ostentación: las 10 veces que a la Infanta Cristina le importó un bledo estar imputada









Lujo y ostentación: las 10 veces que a la Infanta Cristina le importó un bledo estar imputada

Una vez destapado el escándalo que involucraba a Iñaki Urdangarín en el entramado del caso Nóos, la Infanta Cristina y su marido, por órdenes directas de su padre, el rey Juan Carlos, pusieron rumbo a Suiza. ¿Por qué ese país? «En Suiza hay poca prensa rosa y, además, no se admira a la nobleza. Es un país muy democrático. Los únicos reporteros que han perseguido a los duques de Palma son españoles», aclaraba Nicole Herzorg, suiza francófona y periodista retirada en España. Aún así, el matrimonio no fue bienvenido a Suiza. Se mudaron al barrio más caro y exclusivo de Ginebra y sus vecinos, que estaban acostumbrados a vivir tranquilos, se vieron cómo cada día, decenas de paparazzi se apostaba a las puertas de su residencia en la Rue des Granges, algo que sin duda no les hizo nada de gracia y por lo que además, manifestaron su molestia. A ella, plin.