Las expectativas de la segunda edición de La Isla de las Tentaciones estaban altísimas, a raíz de lo sucedido en la primera edición. Eso, muchas veces es un inconveniente, pero no parece que le esté pasando factura a esta edición, sino todo lo contrario. La audiencia está respondiendo y las tramas generan controversia e intriga a partes iguales. Además, Sandra Barneda, quien sustituye a Mónica Naranjo en esta ocasión, no deja de avivar la hoguera – nunca mejor dicho – desvelando conversaciones que los concursantes tienen tras las cámaras.
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Las hogueras
A pesar de que Sandra quiere mostrarse cercana y natural con los concursantes, pues entiendo que están viviendo una experiencia que les tiene siempre con los sentimientos a flor de piel, cree que hay momentos en los que la profesionalidad tiene que primar sobre todo lo demás. Al fin y al cabo, La Isla de las Tentaciones es un programa de máxima audiencia, y a quien ella le debe el respeto es precisamente a los espectadores. No obstante, dice que el peor momento de todos es cuando se reúnen en torno a la hoguera. Ella tiene mucha información respecto a lo que va a pasar allí, pero no puede desvelar nada para no desestabilizar a los concursantes.
