El próximo 1 de febrero de 2020 se cumplirán 2 años desde que saltara a los medios la noticia de la separación de Gema López. A menos de un mes del segundo “aniversario” de su divorcio hacemos un repaso del drástico cambio que ha dado la vida de la colaboradora. Te lo contamos, a continuación.
Celosa de su vida privada
> Aunque es una de las colaboradoras más carismáticas y admiradas de Sálvame, la cosa cambia cuando se trata de su intimidad. Gema López acapara el centro de todas las miradas cuando aparece en plató por, entre otras muchas cosas, su vehemencia a la hora de defender sus argumentos y reflexiones, casi siempre certeras, sobre las conductas de los personajes del corazón. ¡A nosotros nos encanta!
De ella poco o nada se sabía, al menos, hasta hace algo menos de dos años. El 1 de febrero de 2018 saltaba la noticia de su divorcio, poniendo nombre y apellidos al que hasta ese momento había sido su marido.
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¿Y quién es él?
> La pregunta en ese momento no podía ser otra: ¿Quién es el hombre que había ocupado el corazón de Gema López hasta ese momento? Se revelaban entonces los detalles de la persona con la que la colaboradora había compartido más de una década de su vida. Antonio Pardo Sebastián estudió interpretación y canto. Productor y director teatral, fue el encargado de dirigir el cortometraje en el que Gema tuvo su papel como actriz. Discreto y entregado a su trabajo, Antonio Pardo siempre ha querido preservar su intimidad.
La expareja de Gema López tiene una gran reputación profesional dentro del ámbito laboral en el que se mueve. Una de las cosas que tenía en común con Gema es que no le gustaba que su vida privada se hiciera pública. Un aspecto que, a día de hoy, juega a su favor para poder continuar de forma discreta con sus rutinas. Algo que, en el caso de Gema, ha cambiado.
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Los motivos de su divorcio
> Dos años después sigue habiendo medios digitales que especulan acerca de los verdaderos motivos que llevaron a Gema y Antonio a escribir una nueva vida por separado. Poco dada a hablar acerca de los asuntos que conciernen a su intimidad, Gema nunca ha querido aclarar en profundidad nada de lo sucedido. En cambio, fuentes de total solvencia aseguran a Cotilleo.es que la ruptura se desarrolló de forma amistosa y que los asuntos que les desunían se resolvieron de la mejor de las maneras. De hecho, tal y como publica la revista Rumore, Gema y Antonio llevaban varios meses haciendo vida por separado.
Respecto a lo que concierne a la hija que tienen en común, ambos habrían acordado la custodia compartida. Ahora, cerca de dos años desde que decidieran poner punto y final a más de una década de amor, la pareja vive su vida por separado. Han aprendido a llevar caminos separados y a vivir desde el respeto una dolorosa situación. Gema ha demostrado su absoluta franqueza, su cariño y una evidente generosidad
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La nueva vida de Gema López
> Desde que la periodista y el director teatral decidieran poner punto y final a su matrimonio, mucho ha cambiado la vida de Gema. Del más absoluto hermetismo en lo que a su vida privada se refiere, la colaboradora de Sálvame ha pasado a convertirse en uno de los principales iconos de estilo de la cadena, luciendo cada día en su perfil de Instagram su elaborado outfit.
Además, sus viajes son también otro de los principales intereses de sus seguidores. Desde su separación, la madrileña ha visitado Venecia, Londres, las maravillosas playas de Palma de Mallorca o el encanto de las calles de Granada. Siempre alojada en lujosos hoteles o villas, y acompañada por su hija, su madre o sus hermanos, la íntima amiga de María Patiño nunca olvida compartir una cuidada instantánea de sus días de desconexión.
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Sus caros retoques
> Además de dedicar su tiempo y sus ahorros a conocer los rincones con más encanto del mundo, la periodista también tiene debilidad por los pequeños retoques estéticos. A través de su Instagram, Gema López comparte con sus seguidores algunos de los tratamientos a los que se somete, alguno de ellos, por ejemplo, sería un exclusivo láser facial para mejorar la calidad de la piel valorado aproximadamente en unos 1.000 euros, tal y como apunta Jaleos.
Para las arrugas de expresión, la madrileña ha recurrido a la toxina botulínica en frente y comisuras, algo que podría rondar los 500 euros. Tal es el poder de convicción de Gema ante sus seguidores que, con el paso del tiempo, ha terminado convirtiéndose en la imagen del centro donde se realiza estos sutiles trucos de belleza: la Clínica Diego de León. ¡Está guapísima!
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