La relación entre el soberano y su padre se ha complicado en los últimos meses. Don Juan Carlos anhela los días en los que ostentaba la Corona, y don Felipe no le ha puesto las cosas muy fáciles después de su abdicación. Ahora, el esposo de doña Sofía se ha cansado de las humillaciones que le llegan de su heredero, y le ha plantado cara como nunca antes había ocurrido. ¿Quieres conocer más detalles? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
Adiós, Juan Carlos
> Fue una de las decisiones más difíciles de su vida. En junio de 2014, el rey abdicó en favor de su hijo, don Felipe VI, para dejar paso a “una nueva generación” que reclamaba el papel protagonista, según la versión oficial. Sin embargo, algunas fuertes cercanas a Palacio insisten en que otros motivos se escondían tras la marcha de don Juan Carlos. Diferentes polémicas relacionadas con el Caso Nóos, la caza de elefantes en Botsuana y las declaraciones incendiarias de Corinna Larsen resultaron en un desastroso cóctel molotov que obligó al soberano a levantarse de su trono. Además, se rumorea que tanto doña Letizia como su esposo presionaron sin cesar hasta que lograron su objetivo: tomar el poder de Zarzuela.
Pero la llegada de don Felipe VI al trono no solo motivó grandes cambios a nivel institucional, sino que también revolucionó la vida familiar de los Borbones. A don Juan Carlos I le costó asumir que ahora su hijo ostentaba el poder, y tuvo que resignarse a ocupar un papel indiferente dentro de la Corona. Tampoco es que el monarca actual pusiera las cosas fáciles a su padre, y las humillaciones se repetían día sí, día también. Al final, llegó el día en que el esposo de doña Sofía se cansó de estos desplantes y ya ha tomado medidas al respecto. Sigue leyendo para entrar en detalles.
Siguiente: El rey Felipe humilla a don Juan Carlos
El rey Felipe humilla a don Juan Carlos
> El monarca abdicado contó con todo tipo de comodidades en Zarzuela a lo largo de sus casi cuarenta años de reinado. Su despacho estaba equipado con todo tipo de detalles que facilitaban la ardua tarea de gobernar un país. Entre esas paredes pasó buena parte de su tiempo, pero le tocó despedirse de aquel cuarto cuando dejó el trono en favor de su hijo. En su lugar, se le adjudicó “un lugar desangelado, sin siquiera calefacción, en el Palacio Real, al que no ha acudido nunca”, tal y como reveló Pilar Eyre en su columna de Lecturas. Don Juan Carlos se sintió desplazado, y no solo en el sentido literal de la palabra, sino que se vio a sí mismo como un elemento que estorbaba y del que se querían deshacer. Pero las humillaciones no terminaron aquí…
Una vez abdicó en su hijo, don Juan Carlos seguía acudiendo al ala de Zarzuela asignada a las tareas del monarca, quizás para reencontrarse con viejos recuerdos. Pero los sentimientos que afloraron en él no fueron precisamente positivos. Allí se topaba con visitantes que acudían a visitar a don Felipe VI y que, cuando lo veían, no sabían “muy bien cómo dirigirse a él”. Según Eyre, esta incómoda situación le parecía “humillante e influía en su estado de ánimo, que tiende a la depresión”. Ante estos desplantes, al Borbón no le quedó otra que dar un golpe sobre la mesa y tomar una drástica decisión.
Siguiente: Don Juan Carlos toma una drástica decisión
Don Juan Carlos toma una drástica decisión
> El esposo de doña Sofía se cansó de experimentar situaciones como esta cada día. Tanto es así que Palacio llegó a convertirse en un lugar que le despertaba “profunda aversión y tristeza”, tal y como explica Pilar Eyre en su columna de Lecturas. Don Juan Carlos veía Zarzuela como “una prisión siniestra y hostil”, así que no le tembló el pulso a la hora de hacer las maletas y despedirse para siempre de la residencia oficial de la Familia Real. Según la periodista experta en la Corona, el padre de don Felipe se mudó a su querida Sanxenxo y ahora reside en casa de su buen amigo Pedro Campos, el presidente del Club Náutico de la ciudad. Allí se siente querido y apreciado, y disfruta de la compañía de buenos colegas que todavía lo estiman.
Eso sí, parece que la llegada de don Juan Carlos ha revolucionado la vida de todos los Campos. No debe ser fácil tener de invitado a un rey, teniendo en cuenta que “la seguridad, sus propias necesidades y sus dificultades de movimiento han trastocado” el día a día de la familia. Aun así, están encantados de contar con él en su casa, y el padre de don Felipe VI ha encontrado en sus colegas de Sanxenxo todo el apoyo y cariño que, desde hacía tiempo, no le brindaban en Zarzuela.
Siguiente: Don Juan Carlos, sin apoyos en Zarzuela
Don Juan Carlos, sin apoyos en Zarzuela
> Recientemente, el monarca abdicado ha pasado por uno de los peores momentos de su vida. El pasado ocho de enero, perdía la vida su hermana mayor, la infanta Pilar, a consecuencia del cáncer de colon que padecía desde hace tiempo. Pedro Campos, su nuevo anfitrión, y el resto de su círculo íntimo de Sanxenxo se han convertido en el principal apoyo de don Juan Carlos ante este momento tan complicado. “¡Lo que no ha hecho nadie de su familia!”, apuntaba Pilar Eyre en su columna de Lecturas. “Ni su mujer, doña Sofía, con la que no tiene trato y, si se ven, solo intercambian palabras airadas. Ni su hijo Felipe, ocupado en lidiar con un país difícil y una mujer con mucha personalidad. Ni Cristina, con la que apenas habla, pues se interponen siempre las reclamaciones y suplicas de la hija acerca de su marido, Iñaki Urdangarín”, sostiene la cronista experta en realeza.
La única con la que don Juan Carlos ha podido contar es su primogénita, la infanta Elena. Con ella mantiene un vínculo muy estrecho y se dice que siempre ha sido la niña de sus ojos. Ella “es una incondicional de su padre pero, aun así, es difícil abrir tu corazón a una hija, por muy querida que sea”, sostiene Pilar Eyre. No son buenos tiempos para el Borbón, que ha preferido huir del dolor para refugiarse en Sanxenxo y disfrutar allí de su jubilación.