Aída Nízar siempre ha sido y será la reina de la polémica en España. Era fácil imaginar que le iba a pasar lo mismo en Italia. La poca facilidad que tiene para hacer amigos la ha llevado abrirse un hueco en ‘Grande Fratello’, la versión italiana de ‘Gran Hermano’ donde, según ha podido saber Cotilleo.es, entrará definitivamente el próximo lunes. Y es que su llegada al concurso fue algo movida. Como un gran huracán que no se puede frenar, Aída Nízar protagonizó un momento impagable cuando, por falta de tiempo, la presentadora le confirmaba que no podría entrar en la casa y que, por lo tanto, su participación tenía que retrasarse. Entregada a la causa, la vallisoletana montaba en cólera y era arrastrada por el personal de seguridad a abandonar el plató. Puro espectáculo. Share en vena.
Varios medios nacionales recogían la información convirtiendo a Aída en tendencia en las redes sociales. Sin embargo, lejos de lo explicado, Nizar brilla con fuerza en el país de Rafaella Carrà. Se ha convertido en una estrella innegable. Por eso esta revista ha podido saber que ha firmado contrato con Mediaset Italia y es más que probable que, según apunta Semana, se convierta en una de las protagonistas de uno de los programas de mayor éxito del grupo audiovisual italiano. Harta de las informaciones, Aída rompe su silencio en exclusiva para Cotilleo.es y asegura que «Soy una estrella en Italia. Estoy inmensamente feliz pero no voy a negar lo que me irrita: la reticencia que tienen la mayoría de los medios españoles a la hora de publicar cosas buenas sobre mis logros profesionales. Soy currante, diligente y un fenómeno televisivo que siempre ha logrado hacer millonarios a quienes me contratan«.
Aída triunfa en la televisión italiana
Dando muestras de su cacareada grandilocuencia, Aída asegura que su entrada en el concurso de telerealidad fue todo un éxito: «No sé por qué no quieren valorar que detrás de este triunfo hay un enorme trabajo, muchas horas de estudio y de sacrificio. He conseguido entrar por la puerta grande en Gran Hermano Italia y mi intervención fue brutal. Sería muy tentador afilar el lapicero y despacharme con nombres por aquí y, por allá, pero, es tantísima la felicidad que estoy viviendo qué, tan sólo diré ¡¡Gracias dios mío!!! por tanto cariño». Aída en estado puro, sin duda.
