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miércoles, 8 mayo 2024

Los mitos sobre los ansiolíticos: Cuándo tomarlos y sus efectos secundarios

En los Ăşltimos años, la pandemia y otros acontecimientos han disparado el nĂşmero de casos de ansiedad. España es uno de los paĂ­ses del mundo donde se consumen más tranquilizantes en relaciĂłn con el nĂşmero de habitantes. ÂżCuáles son los ansiolĂ­ticos más comunes y quĂ© efectos y contraindicaciones tienen? Vemos cĂłmo se clasifican a continuaciĂłn. EspecialĂ­zate con el Máster en FarmacologĂ­a ClĂ­nica para ampliar tus conocimientos y habilidades profesionales en este ámbito de la salud.

Los ansiolĂ­ticos son fármacos que se utilizan para reducir o eliminar la ansiedad. SegĂşn el tipo y la forma de administraciĂłn, se pueden usar tanto para casos puntuales, como para un ataque de ansiedad o trastornos de ansiedad crĂłnica. Además, tambiĂ©n se pueden prescribir ansiolĂ­ticos para dormir con el fin de evitar el insomnio. Los ansiolĂ­ticos actĂşan sobre el sistema nervioso central, generando efectos sedantes, anticonvulsivos y amnĂ©sicos.

Todos los tipos de ansiolĂ­ticos

ansiolĂ­ticos

En general, los ansiolĂ­ticos son unos psicofármacos que actĂşan sobre el cerebro y la mĂ©dula espinal. No obstante, en funciĂłn de los efectos que genera, podemos distinguir los siguientes tipos de tranquilizantes: Son los ansiolĂ­ticos más comunes en la actualidad. Las benzodiacepinas actĂşan sobre los receptores GABA e inhiben la actividad de la serotonina. Proporcionan relajaciĂłn y ejercen un efecto sedante (de mayor o menor duraciĂłn), segĂşn el fármaco. Algunos ejemplos son el diazepam, el lorazepam, el alprazolam o el bromazepam. Pueden generar dependencia, por lo que no se deberĂ­an tomar de una forma continuada y siempre siguiendo las indicaciones de un profesional.

Estos medicamentos se empleaban antes de que aparecieran las benzodiacepinas en los años 60.  Contienen Ăˇcido barbitĂşrico, que provoca una gran dependencia. Actualmente, los Los barbitĂşricos solo se utilizan contra las convulsiones y en intervenciones quirĂşrgicas especĂ­ficas. Este fármaco apenas tiene efectos secundarios, no interactĂşa con otras sustancias, no provoca sedaciĂłn ni afecta al rendimiento cognitivo. La desventaja de la buspirona es que es de acciĂłn lenta: sus efectos se notan a partir de los 15 dĂ­as de tratamiento.

Son otros de los fármacos ansiolĂ­ticos más comunes y tambiĂ©n actĂşan contra las alergias o el insomnio, pero no todos los antihistamĂ­nicos tienen un efecto sedante, de hecho algunos provocan fatiga a lo largo del dĂ­a. Algunos ejemplos de antihistamĂ­nicos son: la difenhidramina, la hidroxizina y la doxilamina. Normalmente, se pueden comprar sin receta mĂ©dica. El clorazepato se emplea en los casos leves de ansiedad, para no tener que recurrir a las benzodiacepinas.

TambiĂ©n es una mejor opciĂłn para tratar los casos puntuales de ansiedad, ya que puede generar dependencia. Como ansiolĂ­ticos que no crean dependencia y que son más naturales, actualmente, encontramos varias hierbas medicinales con efectos sedantes y sin necesidad de receta mĂ©dica. Algunos ejemplos de “ansiolĂ­ticos naturales” son los siguientes:

Valeriana: es eficaz y un relajante efectivo para combatir el insomnio y los trastornos gastrointestinales. Tila: un relajante mental y muscular que contribuye a calmar la tensiĂłn. Pasiflora: sus efectos son parecidos a los de las benzodiacepinas, pero sin quĂ­mica y creaciĂłn de dependencia. Es una opciĂłn natural relajante y Ăştil contra el insomnio. Melisa: reduce rápidamente el nerviosismo y puede ser una aliada para conciliar el sueño. Existen más fármacos naturales y artificiales contra la ansiedad, pero estos son los ansiolĂ­ticos más comunes. En cualquier caso, recuerda que es importante acudir a un profesional para adecuar el tipo de tratamiento más adaptado a las necesidades y malestares de cada persona.

Riesgos y efectos secundarios de los ansiolĂ­ticos

Los mitos sobre los ansiolíticos: Cuándo tomarlos y sus efectos secundarios

Para una gran cantidad de organismos mĂ©dicos y de psicĂłlogos, el hecho de tomar ansiolĂ­ticos con demasiada facilidad y rapidez es un autĂ©ntico problema que deberĂ­a evitarse. En muchos casos, los problemas que se padecen no son patolĂłgicos y no requieren medicaciĂłn para tratarse. Esto es especialmente importante si tenemos en cuenta que los efectos secundarios de los ansiolĂ­ticos no son menores.

Y es que, aunque cada ansiolĂ­tico tiene unos efectos secundarios particulares, lo cierto es que todas las benzodiacepinas (el tipo de fármaco que son los ansiolĂ­ticos) tienen unos efectos sobre el organismo a considerar. Causan adicciĂłn fĂ­sica: Los ansiolĂ­ticos pueden generar dependencia, lo que significa que, si se dejan, generan un sĂ­ndrome de abstinencia, con los sĂ­ntomas que todo sĂ­ndrome de abstinencia tiene (cefaleas, mareos, etc). Esto puede hacer que quienes toman ansiolĂ­ticos no quieran dejarlos, para evitar el sĂ­ndrome de abstinencia.

Crean adicciĂłn psicolĂłgica: A lo anterior hay que sumar el hecho de que, al tomar ansiolĂ­ticos, vemos nuestra ansiedad reducirse. Muchas personas prefieren tomarse una pastilla que utilizar mĂ©todos naturales o poner en orden su vida para reducir su ansiedad. Por tanto, tambiĂ©n se da una adicciĂłn psicolĂłgica.

Crean tolerancia: Las benzodiacepinas tambiĂ©n crean tolerancia. Es decir, que, a medida que las consumimos a lo largo del tiempo, vamos necesitando una dosis mayor para obtener el mismo efecto. Esto tiene un problema no menor, y es que el margen de seguridad de las benzodiacepinas (la distancia entre la dosis activa y la dosis tĂłxica) es muy reducido.

Pueden debilitarte: Para terminar, las benzodiacepinas pueden causar somnolencia, dificultad para concentrarse, reducir el estado de alerta o debilitar los mĂşsculos, entre otros efectos secundarios nada deseables. De hecho, por eso se prohĂ­be conducir bajo los efectos de los ansiolĂ­ticos. En definitiva, ponen a quien las consume en una situaciĂłn en la que no estás al 100%. Como ve, las benzodiacepinas actĂşan sobre el cuerpo negativamente. Estos efectos tienen su origen en el hecho de que las benzodiacepinas aumentan la acciĂłn de un neurotransmisor llamado GABA, que se encargan de decirle a las neuronas que se relajen.