Shaila Dúrcal siempre ha sido de las que ha preferido mantener su vida en privado. Sin embargo, hay ciertos aspectos sobre los que ha querido sincerarse. Aunque, eso no quita que la gente especule sobre el accidente que sufrió en 2018 o su más que notable subida de peso. ¿Cuál es la verdad?
Los rumores son muchos y no dejan de acompañarla, además de que es más que notable que todavÃa no ha logrado superar el fallecimiento de sus padres, RocÃo Dúrcal y Junior. Sin embargo, y por suerte, cuenta el amor de su marido Dorio y la hija de éste, Aitana. Además, también tiene muy buena relación con sus hermanos, Carmen y Antonio, que la han apoyado en todo momento.
1El misterioso accidente del que se niega a hablar
>  En 2018, Shaila se llevaba un gran disgusto del que muy poco sabemos, y es que un terrible accidente doméstico la hacÃa perder parte de su dedo Ãndice. Un tema sobre el que nunca ha querido hablar, al menos hasta ahora. Y es que le dejaba un gran trauma que todavÃa no ha conseguido superar.
«Quiero comunicarles que no estoy pasando por el mejor momento, hace unos dÃas sufrà un accidente que me hizo perder parte de mi dedo Ãndice derecho», contaba en su momento sin dar más detalles al respecto, lo que desató todo tipo de teorÃas. Y es que tanto secretismo hacÃa pensar que hubiera algo más detrás que ella querÃa ocultar.«No voy a decir que pasó, no lo voy a contar. No me gusta hablar de ello, fue una estupidez mÃa, y ya tengo que vivir yo con ello. No me apetece hablar de eso en sÃ. Lo importante es que podrÃa haber sido peor», afirmaba tajante.
Además, el accidente le dejaba unas secuelas que le ha costado mucho superar. «Se me quedaron los dedos sin movimiento por el trauma, asà que básicamente son estiramientos a la fuerza», explicaba sobre su rehabilitación. «Lo quise compartir asà porque me nació del corazón, sé que asusté a mucha gente pero no era mi intención para nada, sino compartir un trozito de mi corazón», añadÃa al respecto de los motivos por los que se habÃa animado a contarlo.
A dÃa de hoy, la cantante ha querido despejar cualquier duda y relataba el suceso que tan marcada la dejó hace dos años: «Me lo cortó uno de mis pastores alemanes al tratar de separarlos cuando se estaban peleando. Calculé mal y metà el dedo en la boca de la hembra. Fue muy rápido, como una guillotina, y no sentà absolutamente nada».
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