Gabriela Guillén más hundida que nunca al regresar a Madrid

Gabriela Guillén

Gabriela Guillén regresa a Madrid

Gabriela Guillén regresa a Madrid de Paraguay y se enfrenta a una verdad difícil de asimilar: tiene poco apoyo y la situación para criar al hijo que ha tenido con Osborne es difícil. «La única ayuda que recibo es la del Estado», expresa y confiesa las inmensas dificultades que ha tenido que enfrentar debido a esta desolación.

La ex de Bertín Osborne viajó a Paraguay para visitar a su familia y presentar a su descendencia entre sus seres queridos y, a su regreso, ha tenido que volver a toparse con las severas dificultades que supone su situación en España, donde se encuentra sola, a diferencia de la experiencia en su tierra donde dice «me he sentido muy arropada y unida».

Las declaraciones de Gabriela Guillén

A su regreso a Madrid, Guillén ha hablado abiertamente sobre el estado en el que se encuentra su situación con Bertín Osborne. Explica que a ella nadie le ha regalado nada y que, de hecho, en este momento, la única ayuda que recibe es la del Estado. Asegura que es algo que merece porque trabaja desde que tiene 15 años y ha compaginado durante mucho tiempo el estudio y el trabajo.

Desde que comenzó a salir con Bertín Osborne su vida ha sido tremendamente difícil; hasta ha tenido que enfrentar situaciones de violencia en la calle, donde la gente la paraba para insultarla. Pese a todo esto, Gabriela Guillén quiere mirar hacia delante y pensar en el futuro de su hijo, por eso insiste en proteger sus derechos.

La maternidad en solitario

Guillén ha confesado a Vanitatis que está sola en la crianza. Dice: «Quien tenga hijos sabe lo que cuesta mantenerlos. Se habla mucho sin saber», explica. Y continúa: «Yo estoy sola. No me puedo enfermar, ya que me tengo que dar otra vez de alta de autónoma y volver a trabajar. Me cansa que haya gente que piense que tengo una vida idílica».

La ex de Bertín Osborne ha terminado la entrevista totalmente conmovida, confesando las inmensas dificultades que ha tenido que enfrentar desde que todo esto empezó. «Hasta ahora no he visto un céntimo de nadie», dice. Y concluye: «Soy fuerte. Pese a que mi madre, la pobre, no me pudo dar lo que ella hubiera querido, yo estudié y trabajé a la vez».