Irene Urdangarín está haciendo un voluntariado en Camboya
Irene Urdangarín pasó la peor época de su vida cuando sus padres se separaron, ella decidió posicionarse al lado de su madre y, según la periodista Pilar Eyre, decidió que no quería conocer a la novia de su padre, pero ya han pasado tres años y la hija de Cristina de Borbón ha tenido que encontrarse con Ainhoa Armentia, no ha sido en Madrid ni Barcelona, su padre se la ha llevado a Camboya.
Cristina de Borbón estará alucinando con la última ocurrencia de su ex-marido, no ha tenido otra ocasión mejor para acercarse a su hija que irse a verla hasta Camboya, pero no ha ido solo ni a una pensión de mala muerte, se ha ido con su novia y a un hotel de lujo, ya que estaban por allí han aprovechado para hacer turismo.
Irene Urdangarín no puede escapar de la novia de su padre
La nieta de la reina emérita se ha ido a Camboya para olvidarse de los problemas de su familia y hasta de que es una Borbón, lo último que se esperaba es que su padre apareciera allí con la novia con la que engañó a su madre, un acto que más que un acercamiento, parece una venganza, no sabemos cómo se lo ha tomado la sobrina de la reina Letizia, pero no tiene pinta de que esté demasiado contenta.
Irene Urdangarín ha vivido en primera persona el divorcio de sus padres, lo que parecía un desliz del ex-cuñado del rey Felipe VI, se ha convertido en una relación estable que ya dura tres años, y a pesar de lo que ha llorado Urdangarín por conseguir una pensión vitalicia por parte de Cristina de Borbón, ahora se gasta los ahorros en hoteles de lujo con la excusa de ir a ver a su hija.
Irene Urdangarín se encuentra con su padre en Camboya
La nieta del rey emérito ya no podía irse más lejos, qué mejor que marcharte a 10,622 kilómetros de Madrid en un vuelo de más de 25 horas, para que tu padre aparezca allí con la nueva mujer de su vida, que obviamente ya no eres ni tú ni tu madre. Todo este cúmulo de despropósitos solo podía pasarle a Iñaki Urdangarín.
Irene Urdangarín llegó a mediados de agosto a Battambang, una región repleta de minas y uno de los sitios más pobres del planeta, allí trabaja en la ONG Sauce, creada por monseñor Enrique Figaredo que es buen amigo de la familia de la joven. Irene tiene que ayudar a la población víctima de las minas antipersona y que viven en una situación de desamparo, mientras tanto, su padre está con su novia en la zona, pero en hoteles de lujo.
