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Última hora: El Rey Carlos III diagnosticado con cáncer

El monarca Carlos III, de 75 años, ha sido diagnosticado con cáncer, según la información revelada por el Palacio de Buckingham. La noticia llega después de que el Rey recibiera tratamiento la semana pasada por un agrandamiento benigno de la próstata, lo que lo llevó a pasar tres noches en el hospital privado London Clinic.

Durante el procedimiento hospitalario destinado a abordar el agrandamiento de la próstata, surgieron preocupaciones adicionales al identificarse mediante pruebas de diagnóstico una forma de cáncer en Su Majestad.

 

El monarca ha iniciado hoy un programa de tratamientos regulares, durante el cual los médicos le han aconsejado que posponga sus compromisos públicos. A pesar de este período de tratamiento, continuará desempeñando sus funciones en asuntos estatales y trámites oficiales como es habitual. El Palacio de Buckingham no ha proporcionado detalles sobre el tipo específico de cáncer diagnosticado, aunque se especula que podría afectar la vejiga, el recto o los uretes.

Carlos III de Inglaterra
Fuente: Gtres

La última aparición pública de Carlos III tuvo lugar el domingo pasado, cuando fue visto saludando a la prensa mientras asistía a un servicio religioso junto a la Reina Camila en la iglesia de Santa María Magdalena en Sandringham, Norfolk. La noticia de su diagnóstico de cáncer ha generado preocupación en la opinión pública, y la atención se centra en la evolución de su salud en los próximos meses.

 

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Carlos III y la operación de próstata

Carlos III, de 75 años, sigue avanzando pese a la noticia en su proceso de recuperación tras someterse a una intervención quirúrgica para tratar un agrandamiento de la próstata. La cirugía tuvo lugar en The London Clinic, la misma institución donde se encontraba ingresada su nuera, la Princesa de Gales, Kate Middleton, quien se recupera ya en casa de una cirugía abdominal de la cual no se han revelado detalles hasta el momento.

La Casa Real británica emitió un comunicado el 17 de enero anunciando la necesidad de la intervención quirúrgica del Rey Carlos III. En el comunicado se indicaba que el agrandamiento de la próstata, una condición benigna, requería un procedimiento correctivo, y se pospondrían los compromisos públicos del monarca durante un breve período de recuperación.

Sin embargo, la brevedad inicialmente prevista se ha extendido más de lo anticipado. Aunque se había programado que Carlos III pasaría una sola noche en el hospital, el equipo médico aconsejó prolongar su estancia durante todo el fin de semana para mantener una vigilancia constante y actualizar en tiempo real su estado de recuperación.

 

Además, los especialistas han recomendado al Rey que retrase su reincorporación al trabajo por dos semanas, en lugar de una como inicialmente se había planificado, siempre y cuando no surjan complicaciones en su proceso de recuperación.

Esta no es la primera vez que Carlos III se enfrenta a cuestiones médicas y se convierte en noticia. A lo largo de su vida, el monarca ha experimentado varias intervenciones quirúrgicas relacionadas con su participación en actividades deportivas. Desde fracturas por caídas de caballos durante partidos de polo hasta lesiones durante la caza, el Rey ha demostrado ser un apasionado de las actividades al aire libre.

En 2001, sufrió un incidente mientras serraba una rama en su finca de Highgrove, resultando en una astilla en el ojo izquierdo que requirió vendaje. Dos años después, en 2003, fue sometido a cirugía por una hernia, y en 2008, enfrentó otra intervención debido a un tumor no canceroso en la cara.

 

Recientemente, en mayo del año pasado, durante el día de su coronación, se hizo evidente un problema de salud: la dactilitis. Esta condición, que se manifiesta a través de la inflamación de los dedos debido a la acumulación de líquido sinovial, comúnmente conocida como la enfermedad de los dedos de salchicha, llamó la atención de los asistentes al evento.

Carlos III
El rey Carlos III en su primer discurso televisado como Rey | Gtres.

El Rey Carlos III, a lo largo de siete décadas liderando la línea de sucesión al trono británico, ha enfrentado diversos desafíos de salud con determinación y ha continuado desempeñando su papel en la vida pública del Reino Unido. Su actual enfermedad puede suponer un cambio drástico y la entrada en la representación de la corona de su hijo.