Ha llegado el dĂa en que Juan Ortega ha decidido romper su silencio y conceder su primera entrevista tras la sorprendente cancelaciĂłn de su boda con Carmen Otte y nosotros sabemos quĂ© ha pasado. Aunque apenas han transcurrido dos meses desde el abrupto cambio de planes, Ortega ha decidido compartir con el pĂșblico sus sentimientos y cĂłmo enfrenta esta nueva etapa de su vida, una que ni Ă©l ni su cĂrculo cercano habrĂan imaginado para el 2024.
El torero inicia esta fase de su vida en solterĂa, enfocĂĄndose principalmente en su retorno a los ruedos. Sin embargo, ÂżcuĂĄl es su situaciĂłn emocional actual? A pesar de haber mantenido su privacidad en este asunto, Juan Ortega estĂĄ convencido de que es el momento adecuado para hablar. «Si te soy sincero, no imaginaba que iba a ser este terremoto. En esta sociedad estamos acostumbrados a casarnos o separarnos, pero suspender una boda horas antes no. Entiendo el follĂłn que se ha formado, pero no me imaginaba que se iba a levantar tanto revuelo«, confiesa con un tono de voz apocado. En Cotilleo.es tenemos todo lo que ha contado.
Juan Ortega se salva
>Refugiado en su trabajo, el torero admite que en este momento solo le ilusiona volver al toreo, considerĂĄndolo «su forma de vida». A pesar de las especulaciones que puedan surgir, Ortega asegura que mantiene un afecto sincero hacia Carmen Otte. Aunque la relaciĂłn haya llegado a su fin, ambos conservan infinitos recuerdos de los momentos compartidos. «La Ășnica verdad es que Carmen y yo somos dos personas que nos queremos mucho, que tenĂamos una relaciĂłn muy buena en muchos aspectos, pero yo arrastraba una serie de dudas que no supe resolver», revela en la entrevista realizada en COPE este miĂ©rcoles. Estas declaraciones le han salvado.
Aunque Juan Ortega no se arrepiente de la decisiĂłn tomada, sĂ expresa arrepentimiento por la manera en que se llevĂł a cabo. «Pido perdĂłn, no por la decisiĂłn en sĂ, sino por el momento en el que la tomĂ©. Tomarla unas horas antes con todo organizado y los invitados allÅ», concluye, dejando entrever la complejidad de las circunstancias que rodearon el inesperado giro en su vida sentimental.
En medio de la tormenta emocional que ha seguido a la cancelación de su boda con Carmen Otte, Juan Ortega, el torero de 33 años, ha querido dejar claro que su aprecio por su expareja no ha disminuido. En una entrevista reveladora, Ortega elogia a Otte como una «mujer extraordinaria, una mujer 10» y destaca la contribución positiva que ella y su familia han tenido en su vida. «Solo puedo hablar bien de Carmen, me ha hecho crecer, ha estado en todo, al igual que su familia. Me han tratado como un hijo y me han dado mucho cariño. Si estoy sufriendo es por haberle hecho daño a ella. Nunca me hubiera gustado ponerle en esta circunstancia», confiesa el torero con sinceridad.
Ha roto su norma de oro
>Ante la especulaciĂłn pĂșblica, Juan Ortega niega rotundamente la presencia de terceras personas en la ecuaciĂłn. Aclara que la responsabilidad recae completamente en Ă©l y que tomĂł la decisiĂłn consciente de las consecuencias que tendrĂa. «El responsable soy yo, no han intervenido otras personas. Solo tomĂ© la decisiĂłn yo sabiendo las consecuencias que tenĂa, para mĂ el matrimonio es muy serio para hacerlo seguro, no querĂa traicionar a Carmen y tampoco a mĂ mismo. SĂ© que lo gestionĂ© mal, es una persona a la que quieres, no estaba a disgusto, siempre encontrĂĄbamos el motivo por el que seguir luchando por la relaciĂłn», asegura Ortega.
Frente a las especulaciones sobre el momento de la decisiĂłn, el torero aclara que no fue un impulso repentino ni un arrebato. «Tienes algo en la cabeza, no fue fruto de un arrebato, ni un calentĂłn. Me considero una persona templada, sobre todo en decisiones importantes. Estaba solo en mi habitaciĂłn, la primera persona a la que llamĂ© fue a Carmen, luego a mis padres y luego al cura. Consecuente con mi decisiĂłn», explica Juan Ortega, tratando de arrojar luz sobre los detalles de ese difĂcil dĂa que marcĂł un cambio drĂĄstico en su vida y en la de Carmen Otte.
Poco antes de adentrarse en una conversaciĂłn en directo, Juan Ortega y Carlos Herrera se sumergĂan en charlas mĂĄs livianas, intentando restar importancia y nervios al tema que iba a abordarse. Ambos conscientes de la trascendencia de sus palabras, buscaban relajar la atmĂłsfera con temas menos cargados emocionalmente. Sin embargo, el periodista Herrera no podĂa evitar percibir la magnitud de los titulares que se generarĂa a raĂz de la entrevista.