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La sorpresa que Tamara Falcó e Íñigo Onieva les darán a sus invitados: mucho dinero

Tamara Falcó e Íñigo Onieva lo tienen todo preparado para pasar por el altar y formalizar su relación después de todos los inconvenientes que han tenido en los últimos tiempos. Isabel Preysler se ha visto salpicada por un revuelo que no esperaba y que sin lugar a dudas le ha situado en el centro de la polémica. Mario Vargas Llosa ha ingresado de urgencia en un hospital madrileño y todo el mundo quiere saber si Isabel se ha puesto en contacto con él para preocuparse por su estado de salud. Debemos dejar claro que la Reina de Corazones supuestamente tiene una relación buena con Mario Vargas Llosa porque rompieron en términos amistosos. Solamente debemos esperar para ver si es cierto que Isabel y Mario están unidos por un vínculo de amistad.

Hay muchas dudas encima de la mesa porque en El programa de Ana Rosa han explicado que Mario Vargas Llosa quería salir de España durante esta semana para no coincidir con la boda de Tamara Falcó y evitar la pregunta estrella. Ha dejado muy claro que se alegra profundamente de que a la marquesa le vaya bien porque sigue teniendo mucho cariño hacia ella, pero no quiere verse envuelto en ningún escándalo y por eso había organizado un viaje por el Mediterráneo. Mario y su familia, incluida Patricia Llosa, habían programado un viaje por la costa italiana para desaparecer del poco mediático durante la boda de Tamara Falcó y evitar así la presión a la que van a estar sometidos.

Como es evidente, Tamara Falcó no ha invitado a Mario Vargas Llosa para que su madre no se sienta incómoda. Tamara siempre ha hablado muy bien del escritor, a pesar de que él supuestamente escribió un cuento que no le dejaba en buen lugar y que se reía de sus principios. Tamara asegura que todo está solucionado y que los problemas que tuvo en el pasado con el artista fueron un malentendido. Pero la situación no está tan calmada como para invitarle a su boda. En Cotilleo.es sabemos qué sorpresa se va a perder Mario Vargas Llosa porque Tamara e Íñigo tienen preparado algo muy especial para todos sus invitados.

La sorpresa que ha organizado Tamara Falcó

Támara Falcó e Íñigo Onieva
Tamara Falcó paseando con Íñigo Onieva

>Algunos medios han asegurado que la boda de Tamara Falcó «está maldita» y lo cierto es que ha estado cargada de polémica y de problemas desde el primer momento. Tamara quiere que sea un evento muy especial y por eso va a sorprender a sus invitados con un baile que ha organizado una empresa muy importante de Madrid. Le han pillado saliendo junto a Íñigo Onieva de la oficina de un coreógrafo muy conocido en la capital. Ellos han elegido la canción que quieren bailar y los profesionales en los que están confiando han creado un baile para que sus invitados se queden con la boca abierta. Será un momento muy divertido del que Tamara no quiere dar demasiados detalles.

La cosa no queda ahí. Tamara Falcó colabora con una empresa estética muy importante y ha llegado a un acuerdo para que todos los invitados que quieran puedan acudir al centro a peinarse, maquillarse o hacerse el tratamiento que consideren oportuno. La hija de Isabel Preysler ha recibido muchas críticas por esto porque hay algunos medios que no han sabido entender su intención.

Recordemos que hay en juego una exclusiva muy importante y ciertos periodistas piensan que Tamara ha sido tan generosa para que sus invitados estén espectaculares y no desentonen en las fotografías que saldrán publicadas en su revista de cabecera. La marquesa de Griñón lo tiene todo preparado y no quiere dejar nada a la improvisación porque sabe que hasta la fecha no ha tenido buena suerte en su boda y prefiere tenerlo todo bien atado.

El robo del reloj

Íñigo Onieva
Íñigo Onieva saliendo de su vivienda

>Los problemas que giran alrededor de la boda de Tamara Falcó no dejan de crecer y el último ha salpicado de lleno a Íñigo nieva. Tamara Falcó le regaló un reloj joya valorado en 50.000 euros. El empresario ha contado que ha estado a punto de perderlo porque casi se lo roban. Estaba paseando por una céntrica calle de Madrid y vio a un motorista mirarle de una forma un tanto sospechosa. En un primer momento pensó que era un paparazzi y después se dio cuenta de que pasaba algo porque no tenía ninguna cámara colgando del cuello. Tampoco le estaba espiando, simplemente él estaba persiguiendo e Íñigo se asustó tanto que llamó a un amigo suyo que trabaja en la policía. Esta persona le recomendó que se pusiera a salvo y le avisó de que le querían robar.