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Jedet deja a un lado al personaje que ha creado: «muchas veces me siento un monstruo»

Jedet, queridos Cotillas, sin ni siquiera pretenderlo, ha llegado a convertirse en todo un referente para el colectivo trans de nuestro país. Aunque, ciertamente, la actriz, originaria de Girona, con su testimonio de vida es capaz de verbalizar y dar nombre a una realidad que afecta a muchas personas de la sociedad del momento. Sin ir más lejos, la también cantante, que publicaba el pasado año su segundo álbum A los hombre que he tenido que olvidar, compartía a través de su perfil de Instagram, ayer jueves, un desgarrador testimonio que, como cabía esperarse, ha desatado una oleada de apoyo por parte de sus más fieles seguidores.

La que fuera protagonista de Veneno, ficción creada por Javier Calvo y Javier Ambrossi para Atresplayer, se sentaba a charlar con el equipo de la plataforma Somos Estupendas y desnudaba su alma como nunca antes lo había hecho. Jedet, con serias dificultades para articular palabra, abordaba sin miedo los numerosos frentes que tiene aún abiertos en su vida y ahondaba en su parcela más íntima sin dejar absolutamente a nadie indiferente. Desde su lucha interior por aceptarse tal y como es, pasando por aquellos monstruos que atormentan su cabeza, hasta llegar a exponer sus dificultades con la bulimia y el amor tóxico, son solo algunas de las problemáticas que la escritora de Efecto mariposa ha querido revelar públicamente.

Abrumada por los incontables mensajes directos recibidos tras la publicación de dicha entrevista, esta misma mañana Jedet sorprendía con varias historias subidas a su red social, en las que la intérprete de Porque te vas agradecía todas las muestras de cariño y, además, se mostraba sorprendida por encontrarse con tantos casos como el suyo. Sin duda alguna, todo un revulsivo para la artista, de tan solo 30 años de edad, que le ha servido para darse cuenta de que no está sola en esta lucha tan silenciosa. En Cotilleo.es, te contamos todos los detalles al respecto, a continuación.

Jedet: «Mi cabeza, siempre lo digo, es como una cárcel»

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Jedet confiesa que ha llegado a crear una expresión artística que se ha convertido en un monstruo para ella | Fuente: Instagram

>La realidad del asunto, queridos Cotillas, es que Jedet se ha cansado de alimentar una expresión artística que, pese a sentirse orgullosa de la figura pública que ha creado, llegados a este punto del camino ha llegado a convertirse en algo «tóxico» y «monstruoso». Porque lejos de las redes sociales, las alfombras rojas y la falsa apariencia mostrada en la pequeña pantalla, lo cierto es que existe una Jedet que lucha incansablemente por aceptar lo que un día fue y en la mujer que se ha convertido. «Es complicado. Mi cabeza, siempre lo digo, es como una cárcel. Y tiene que ver mucho con la aceptación. Y con la insatisfacción constante. Y con la comparación continua. Y con el sentir que nunca eres suficiente…», comienza diciendo en su entrevista para Somos Estupendas.

«Al final yo he creado un personaje y una marca. Y mi marca, si tú ves mis redes sociales, mis fotos en las revistas, mis entrevistas cuando he ido a televisión o las alfombras rojas… Es impoluta. Todo tiene que estar perfecto. Y eso me encanta y está muy bien. Me gusta jugarlo. Pero si no entiendes que eso es parte de un juego y de un momento, es un monstruo. Porque tú no puedes ser esa persona o depender de todo eso para ser feliz. Porque esta también soy yo. Y no he estado tres horas en maquillaje. Ni llevo un vestido de Versace. Encontraré la paz cuando aprenda a disfrutar de lo que he creado, que es una expresión artística que me encanta también», prosigue.

«Me he dado cuenta que el amor es paz, no son mariposas»

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Jedet reconoce haber normalizado las relaciones sentimentales tóxicas e incluso el maltrato psicológico | Fuente: Atresplayer

>Pero si de algo ha aprendido la mismísima Jedet es de los errores del pasado y, a juzgar por sus contundentes declaraciones, ahora mismo tiene muy presente que no quiere en su vida a personas tóxicas. «Me ha pasado algo muy curioso que es que yo estaba acostumbrada a los chicos malos. A que me tratasen mal, al gaslighting, al maltrato psicológico, a llegar a las manos… A cosas muy heavys. Entonces, me he dado cuenta que el amor es paz, no son mariposas, es paz. A mí me gustaría decir que es importante tratarse bien a una misma, o intentarlo cada día un poco más y mejor. Que compararse es un error. Pienso también que es muy importante saber de quién te rodeas. Aprender a amar a quien te ama bien. Y no permitir que te traten mal. Ni tratarte mal tú a ti misma», concluye la también activista LGBTIQ+.