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Cómo hacer una salsa de tomate frito de escándalo en poco tiempo

Ante una buena salsa de tomate frito que se quiten los americanos y su ketchup. Perfecta para acompañar un montón de recetas, desde unas lentejas a cualquier plato de pasta, pizza, pescado, pollo… o incluso sola con un buen trozo de pan, una salsa polivalente al 100%. Para que sea excelente la salsa de tomate debe tener la cantidad exacta de cada ingrediente, y no debe ser ni demasiado líquida ni muy espesa, con una proporción de acidez que no moleste pero que se note que es tomate. Aquí vamos a mostrar una receta para hacer una de gran calidad y en muy poco tiempo.

Preparación de la salsa de tomate

salsa de tomate
Lo que se necesita para esta receta

Como queda dicho, para esta salsa de tomate frito hay que elegir bien los ingredientes que vamos a emplear y tener un buen cuchillo bien afilado. Lo primero es lavar muy bien los tomates y los pimientos. Aquí se va a intentar aprovecharlo todo, incluso la piel del tomate porque nos va a ayudar a conseguir una textura muy importante para esta salsa. Se pela y corta en juliana las cebollas y el diente de ajo en 2 trozos, y se reservan. Luego se elige nuestro aceite de oliva extra virgen y se añade una cantidad generosa a la cazuela más grande que tengamos. Cuando el aceite esté bien caliente se añaden las cebollas y 2 cayenas enteras. Entonces se baja el fuego a la mitad y se cocina la cebolla durante unos 15 minutos hasta que empiece a coger un color tostado parecido a la miel, el momento en el que la cebolla empieza a caramelizar y a aportar ese toque dulce a la salsa. Con la cantidad de cebollas que hemos empleado no hace falta añadir mucho azúcar y así será menos calórica. Mientras se cocina la cebolla, se pican los pimientos y se quita el rabillo de los tomates antes de trocearlos en cuartos, aunque si son muy pequeños bastaría con hacerlo en dos. Todo se reserva en un bol grande.