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El truco para lograr que las croquetas estén líquidas por dentro

Pocos productos como la croqueta tienen tanta aceptación en nuestra sociedad. Raro es ver a personas a las que no les gusta esta porción de masa hecha de una salsa densa como la bechamel y un picadillo de diversos ingredientes, que ha sido rebozada en huevo y pan rallado, y frita en abundante aceite, lo que le proporciona una textura crujiente y un color dorado. Generalmente son saladas, tienen forma ovalada y se sirven calientes ya sea como entremés o guarnición, aunque también las hay que son dulces y se sirven como postre.​ La croqueta moderna es de origen francés, aunque lo cierto es que la técnica de reaprovechar las  sobras rebozándolas se remonta, por lo menos, a la Antigua Roma.​ En un principio consideradas una preparación «ordinaria», con el tiempo se han convertido en un plato tradicional tanto de la cocina española como de la italiana o incluso la neerlandesa. Aquí vamos a ver el truco para lograr que estén líquidas por dentro, lo cual ya es casi un producto gourmet.

Listas para comer

Croquetas
Hay muchas maneras de presentar las croquetas

Los últimos pasos antes de poder degustar las croquetas líquidas serían, una vez rebozadas todas, introducirlas en la nevera durante una hora para que tomen un poco de cuerpo y el rebozado se seque, y luego habría que calentar abundante aceite en una sartén y freírlas a fuego muy alto. Lo que se busca con ello es que el rebozado se dore rápidamente y las croquetas pasen en el aceite en menor tiempo posible, para evitar que se rompan y se salga el interior. Una vez hecho esto se dejan escurrir sobre papel absorbente antes de servir. Tampoco hay que dejar que pase mucho tiempo porque como mejor están es recién hechas.