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Albóndigas en salsa: el sofrito definitivo para gozar a lo grande

Sin duda que para los que ya tienen unos años las albóndigas en salsa, en sus diferentes versiones, siempre les retrotraen a sus tiempos de niño, a esa receta de casa de su madre. Sin duda que se trata de una de esas comidas que triunfan cuando eres pequeño y que le pides a tu madre día sí y día también. Sin duda que es uno de los platos más tradicionales, sobre todo si se llevan a cabo con un rico sofrito de verduras. De este modo, además de sabrosas, quedarán jugosas y tiernas gracias a los vegetales. Aquí vamos a ver cómo hacer el mismo y también los pasos a seguir para completar la receta.

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Preparación de las albóndigas

La preparación de la masa es fundamental

Como hemos pasado un poco por encima la preparación de las albóndigas, aquí vamos a mostrar los pasos a seguir más detenidamente. Primero se pican dos dientes de ajo muy picaditos (sin el brote interior o tronco para que no repita) y la cebolla en trocitos pequeños, y se pone agua a calentar para cuando hierva añadir la cebolla y el ajo, y dejarlos cocer durante 2 minutos. Luego se escurren y enfrían con agua fría, antes de añadir a la mezcla anterior. En cuanto esté bien de temperatura se mezcla con la carne, removiendo todo bien con las manos hasta que se mezclen los ingredientes. Después se tapa con film transparente y se deja reposar una hora en la nevera. Después, y sin miedo, se empieza a trabajar la masa haciendo pequeñas (o grandes, eso al gusto) pelotas que luego se pasarán por harina. Para ello, ponemos harina en un plato y, con una cuchara, see coge un poco de carne picada que se bolea con las manos. Con la primera pasada se deja la primera albóndiga redondita. Luego se pasan por la harina del plato, se bolean un poco más y se las deja en otro plato limpio, y así sucesivamente.

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