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Ruina y bisexualidad: Melani Olivares se gana al público con sus confesiones más íntimas

Melani Olivares no pasa por uno de sus mejores momentos. Se ha sentado en Sábado Deluxe para tener una conversación sincera frente a Jorge Javier Vázquez, y es que la pandemia le ha dejado en la más profunda estocada. No ve la salida y por ello ha tenido incluso que pedir dinero prestado a algunos de sus amigos y compañeros de profesión. Aún así, disfruta de la compañía de sus tres hijos y de todo lo que le enseñan diariamente. Además, se ha sincerado como nunca sobre su orientación sexual y sobre cómo disfruta de sus 48 años recién cumplidos en lo que se refiere al terreno amoroso. Las relaciones convencionales no están hechas para ella y aunque algún día si que profesó dicha idea hoy se ha dado cuenta de que puede disfrutar mucho más manteniendo contacto con varias personas distintas. Si quieres descubrir un poco más sobre esto, te lo contamos al detalle a continuación. ¡No te lo pierdas!

Se separa tras dos años de relación y afirma que las parejas no suelen durarle mucho

Ruina y bisexualidad: Melani Olivares se gana al público con sus confesiones más íntimas

> Melani Olivares se casó con el músico Gorka González en 2016, en ese tiempo trajeron al mundo al pequeño Lucho y dos años después llegó el divorcio. La maternidad es algo importante para ella y la entiende de una manera muy especial: “Los padres participan en lo que ellos quieren. Lo de hablar de la educación de tus hijos… No adoctrino niños, les acompaño, intento ser coherente con ellos y conmigo porque no puedes estar diciéndoles lo que tienen que hacer cuando tú haces otras cosas. Me lo paso muy bien con ellos, mis hijos me caen bien y eso es muy importante”.

Y es que paradojas del destino, Manuela, fue fruto de su relación con el también músico Javier Rojas, aunque la pequeña Martina, de origen etíope llegó algo antes tras dos largos años de un proceso de adopción por su necesidad imperiosa de ser madre y no de salvarle la vida, tal y como ella cuenta. En sus relaciones nunca ha sido constante y así lo demuestra: «Nunca me habían durado más de tres años». Ahora aboga por otro tipo de conexiones con las personas.

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