comscore

Jesulín de Ubrique se pronuncia: «Aburrido» y sin María José Campanario

Los Janeiro vuelven a ser noticia, y es que si bien estas semanas ha sido María José Campanario la que ha acaparado todas las portadas por su polémico Directo en Instagram, ahora es su marido Jesulín quien se ha animado a hablar.

Y lo cierto es que en la entrevista que el torero ha concedido en exclusiva a la revista ¡Hola!, ha aprovechado para sincerarse sobre cómo ha sobrellevado este último año y la muerte de su padre, Humberto Janeiro.

«Tengo que decidir si sigo toreando o no»

Jesulín de Ubrique

> Otro tema que también ha levantado muchas ampollas entre los Janeiro, ha sido el de los problemas económicos que podrían estar atravesando y la venta de la finca Ambiciones. Algo, sobre lo que Jesulín ha sido bastante tajante.

«Las cosas no son como se han dicho. La finca no está alquilada para eventos. Esto es un proyecto, pero, por ahora, no hay nada seguro. Aún no lo tengo decidido porque depende de muchas cosas. Para empezar, tengo que decidir si sigo toreando o no».

Mucho se ha especulado también sobre que María José estaba cobrando un ERTE y no trabajaba, algo que sumado al abandono de los ruedos por parte del diestro, les habría llevado a una situación bastante complicada. Aunque, Jesús lo tiene muy claro.

«Solo en el caso de que no toreara me plantearía dos opciones para la finca con el fin de que me autoabastezca: o bien la vendo o bien la exploto con eventos, después de asesoramente muy bien». Sin embargo, ese es un proyecto que ve muy lejano. «Para dar eventos, primero tiene que pasar la pandemia, que no es para mañana ni pasado. Lo mismo lleva un par de años».

Por último, el torero también ha manifestado que en caso de vender la que es su casa familiar, no sentiría una gran pena: «No me daría pena, porque yo la he disfrutado. Soy muy frío en este aspecto. Si veo que me cuesta dinero, corto radical. Tampoco la voy a regalar. Quien quiera Ambiciones la va tener que pagar». Pero, eso sí, es innegable el cariño que siente por la finca. «Siempre le tendré cariño a Ambiciones, porque fue una finca que compré con mucho cariño».