El emĆ©rito sigue estando en boca de todos a raĆz de sus escĆ”ndalos econĆ³micos que han puesto contra las cuerdas a la monarquĆa. El rey Juan Carlos se ha convertido en la nueva oveja negra de la familia real, y ni siquiera sus nietos, por los que siempre ha sentido predilecciĆ³n, quieren relacionarse con Ć©l. De hecho, Victoria Federica lo ha decepcionado profundamente y ya no es, ni de lejos, la niƱa de sus ojos. ĀæQuieres saber quĆ© ha pasado y por quĆ© han llegado a esta situaciĆ³n? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuaciĆ³n.
2Victoria Federica dio plantĆ³n al rey Juan Carlos
> Mucho se especulĆ³ en su dĆa acerca de la decisiĆ³n del emĆ©rito de abandonar EspaƱa ante la terrible polĆ©mica que sacudĆa Zarzuela y que llevaba su nombre. Se formaron dos posiciones muy diferenciadas al respecto: mientras algunos defendĆan que su exilio habĆa sido una decisiĆ³n personal, otros mantenĆan que habĆa sido el Gobierno de Pedro SĆ”nchez quien habĆa obligado al rey Juan Carlos a coger carretera y manta. Ahora, Pilar Eyre arroja algo de luz a todo este asunto y explica en su columna de Lecturas que el rey Juan Carlos cediĆ³ a las presiones del Ejecutivo, que le āsugiriĆ³ā que se marchara al extranjero. āVan a por mĆ. Quieren acabar con la monarquĆa en diez aƱosā, habrĆa dicho el otrora soberano.
AdemĆ”s, Pilar Eyre da respuesta a otra de las cuestiones que mĆ”s controversia han generado en los Ćŗltimos meses sobre el exilio del rey Juan Carlos: ĀæregresarĆ” alguna vez a EspaƱa? āNo, nunca, se morirĆ” fueraā, sentencia la fuente de la periodista, muy cercana a la Casa Real. Cuando se marchĆ³ a Emiratos Ćrabes, tanto el emĆ©rito como su familia conocĆan que lo hacĆa para no volver, pero, aun asĆ, nadie quiso despedirlo. āNi SofĆa, disfrutando de sus vacaciones en Marivent; tampoco el hijo, en su casa a diez minutos; ni sus hijas, Elena en Palma y Cristina en Bidart con su suegra. Ā”Ni siquiera los nietos, a los que tanto ha favorecido! Estaba solo en esa hora tan negraā, escribe la cronista catalana en Lecturas.
Ni Victoria Federica ni FroilĆ”n, los dos grandes beneficiarios de esas tarjetas opacas del abuelito con la que cubrĆan toda clase de frĆvolos gastos, desde sus viajes en taxi hasta sus fiestas con la jet set. El rey Juan Carlos pudo pasar por alto el platĆ³n de su nieto, cuyo desdĆ©n ya no le sorprende, pero no el de la niƱa de sus ojos… El emĆ©rito siempre ha sentido predilecciĆ³n por la hija de la infanta Elena, hasta el punto de que pagĆ³ sus estudios en el prestigioso College for International Studies de Madrid. Es por esto que le doliĆ³ profundamente que no quisiera decirle adiĆ³s en aquel viaje tan doloroso que emprendiĆ³ sin billete de regreso.
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