Isabel Rábago, colaboradora de Viva la vida y Ya es mediodía, ha tocado fondo. La periodista está cansada de que el público cuestione todos sus pasos. Una fotografía, publicada en su cuenta de Instagram, la situó en el centro de la polémica. Sus seguidores la acusaron de sufrir una enfermedad, e intentaron ridiculizarla por su aspecto físico. Isabel, ha querido revindicar su libertad como mujer haciendo público sus datos más íntimos: peso, edad y medias. Sin embargo, en Cotilleo.es, hemos descubierto que su lado oscuro nada tiene que ver con su cuerpo. ¿Sabían que intentó ser Miss España? ¡Repasamos la cara más desconocida de la colaboradora, y sacamos a la luz todos sus secretos! ¿Cómo consiguió hacerse famosa?, ¿Qué parte de su pasado quiere esconder?, ¿Cuál ha sido el episodio más traumático de su vida? ¡Te lo contamos todo!
3“Tengo miedo. Desapareceré hasta que la Guardia Civil haga su trabajo”
> Isabel Rábago nunca ha querido tener hijos. La periodista se convirtió en un ejemplo de independencia cuando revindicó la libertad de la mujer a la hora de tomar una decisión sobre su independencia. Por el contrario, su hermana, Fátima Rábago, es madre de una pequeña triunfadora. La sobrina de Isabel, ha seguido los pasos de su madre, y se ha convertido en una modelo con bastante repercusión: “Es modelo en Asia”, confirmó Isabel en un ataque de sinceridad. Pero pocas más han sido las veces que la periodista ha hablado de su vida privada. Unas terribles amenazas que sufrió a mediados de año, provocaron que dejara de compartir su intimidad con el público. Además, decidió desaparecer de las redes sociales hasta que la Guardia Civil detuviera a su agresor.
Isabel Rábago no quería dar demasiadas explicaciones. Sin embargo, una tarde, se derrumbó en su programa, Viva la vida. “No voy a dar un paso atrás”, aseguró. Al parecer una persona se puso en contacto con ella para conseguir participar en algún programa de Telecinco. Quería dar su testimonio sobre José Antonio Avilés, que, en ese momento, era concursante de Supervivientes. Isabel se dio cuenta de que no iba a contar la verdad, así que decidió no darle repercusión. Cuando el hombre se dio cuenta de que la periodista no le estaba haciendo caso, empezó a mandarle unos mensajes amenazantes para llamar su atención. “Según voy leyendo los mensajes me va cambiando la cara”, aseguró entre lágrimas. La gravedad de las amenazas, la obligó a poner el asunto en manos de la justicia. Aquella no fue la primera vez que Isabel se sintió vapuleada, ¿Saben que un partido político le hizo pasarlo muy mal?
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