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Preocupación por Payasín: ¿dónde está el archienemigo de Carmen Borrego?

Se convirtió en el terror de los concursantes de Gran Hermano, y posteriormente de los colaboradores de Sálvame. En cualquier momento, Payasín podía aparecer de entre las sombras para dar un buen tartazo a quien se le pusiera por delante. Pero, ¿qué ha sido de este arlequín en miniatura que todavía protagoniza las peores pesadillas de Carmen Borrego? Hace tiempo que no se le ve por la pequeña pantalla, y Cotilleo.es sabe cuál fue su último paradero conocido. ¿Tú también quieres descubrirlo? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.

¿Dónde está Payasín?

Preocupación por Payasín: ¿dónde está el archienemigo de Carmen Borrego?

> Era una calurosa tarde aquel 2 de agosto de 2019. Isabel Pantoja, prácticamente recién llegada de Supervivientes, celebraba en Cantora su 63º cumpleaños, rodeada de sus familiares y amigos, entre los que se encontraban algunos compañeros del reality show, como Omar Montes o Dakota. En cambio, su propia hija, Isa P, decidió marcharse de la finca tras percatarse de que su exnovio formaba parte de la lista de invitados. Pero la mayor sorpresa para la tonadillera no fue la ausencia de su benjamina, sino la llegada de un comensal con el que no contaba: el bufón más aterrador de la televisión, que se presentó en aquel secarral para hacer llegar una tarta a la tonadillera, ya fuera en su cara o en su mesa. Encomendado por Sálvame, Payasín y su metro treinta y cinco de altura recorrieron el largo camino de tierra y gravilla que llega al casoplón de la artista, y nuca más se volvió a saber de él.

“Yo a Payasín no lo he vuelto a ver. Entró en Cantora a darle la tarta a Isabel Pantoja y no ha vuelto a salir. Queremos una prueba de que sigue con vida”, bromeaba uno de los tertulianos de la crónica rosa de Es la mañana de Federico, en esRadio. Lo cierto es que, desde aquel día de verano, el arlequín no ha vuelto a dejarse ver en la pequeña pantalla… ¿Seguirá perdido entre los pasillos de Cantora? De ser así, dar con él en un casoplón de 1000 metros cuadrados será tan complicado como encontrar una aguja en un pajar.

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