Doña Letizia tiene ante sí un complicado invierno. Intenta minimizar las críticas contra su trabajo entregándose al máximo. Sin embargo, todo queda opacado por su apariencia. La reina también tiene que lidiar con su familia política. Por otro lado, el fantasma de que su matrimonio está tocado sobrevuela con fuerza en palacio. A esto hay que añadir la aparición de un hombre muy cercano a ella cuyo testimonio la deja en evidencia. ¿Quién da más? Sigue leyendo para conocer esta historia.
La reina, a merced de la caridad de su marido
> Siguiendo el hilo de lo que Jaime del Burgo ha explicado a Jaime Peñafiel, y que este narra en su columna de LOC, así quedó la situación tras conversar con don Felipe sobre la espinosa cuestión: “Felipe prometió a Letizia, actuando yo como testigo, que, en caso de que el matrimonio no llegara a buen término: a) cuidaría de ella y b) respetaría sus derechos como madre en caso de tener descendencia «Os lo juro», dijo”.
Posteriormente, Jaime del Burgo iría un paso más allá: “Más tarde vendría la segunda promesa, todavía y siempre en vigor, la mía propia hacia Letizia que, en caso de no cumplir, lo haría yo por él en cuanto al cuidado de su bienestar y la protección de su persona. Y que impugnaríamos, llegado el caso, los términos de la regulación de la custodia”. Lo firmado por doña Letizia incluye renunciar a Leonor y Sofía. Podría disfrutar de ellas en fines de semana y vacaciones. Eso sí, siempre y cuando no tuvieran algún acto institucional en esas fechas. Sin duda, esto sería muy doloroso para la reina, que está completamente volcada en la crianza y educación de las niñas desde que nacieron.
