De negar que pertenece al clan de las Campos, Alejandra Rubio ha pasado a aprovecharse de la fama de su familia. Consciente de la inyección de liquidez que le aporta ser hija y nieta de, la joven está haciendo todo lo posible por convertirse en un peso pesado para los medios de comunicación y para las redes sociales. Así, ha pasado por alto la voluntad de alguien muy querido y le ha sacado a la palestra.
Un año de cambios e incoherencias
> Su llegada a la mayoría de edad fue un auténtico acontecimiento mediático. El 24 de marzo de 2018 la vida de Alejandra Rubio cambió para siempre. Ese día se pudo despixelar su rostro de manera legal y, por tanto, empezó a convertirse en un rostro habitual de la crónica social. Además, de manera voluntaria. Tanto ella como su madre insistían en que la joven quería desvincularse de la fama de su familia para hacer una vida anónima. Sin embargo, lo primero que hizo al cumplir 18 fue protagonizar una portada en Hola, la Biblia del colorín.
El siguiente paso que dio Alejandra fue la celebración de su cumpleaños a lo grande. La discoteca Gabana corría con todos los gastos a cambio de que hubiera convocatoria de prensa y foto de Las Campos a las puertas del local. Por supuesto, también photocall con rostros conocidos, lo que que supone siempre un reclamo extra para revistas, periódicos, portales de noticias… La joven, asesorada por su familia, aceptó formar parte de este escaparate. De esta forma, la hija de Terelu se contradecía y entraba por voluntad propia (y por la puerta grande) a la fama. Descubre a continuación el momento que ha marcado un antes y un después.
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Su inesperado salto al mundo mediático
> Primavera, verano, otoño…. Las estaciones se iban sucediendo y Alejandra Rubio mantenía un perfil bajo. Contadas apariciones públicas y silencio absoluto al ser preguntada a las puertas del hospital en el que su madre fue ingresada a causa de su cáncer de mama. Parecía que la joven quería dejar de lado ese primer contacto que tuvo con la fama y hacer su vida sin acaparar atención. Pero hace escasas semanas volvía a ser infiel a sus principios y se colocaba en el trampolín que la manda a lo más alto de la popularidad. Un salto del que ya no hay vuelta atrás.
Alejandra ha dejado los estudios de moda y dice estar dispuesta a matricularse en Derecho el próximo curso. Pero hasta entonces ha decidido tirar por el camino fácil y ha estrenado su propio canal, Black Sheep. Así, en Mtmad sube cada semana vídeos en los que cuenta distintos aspectos íntimos de su vida. Pero la nieta de María Teresa Campos sabe que la mejor forma de asegurar su permanencia en esta plataforma de Mediaset y poder seguir ingresando dinero de manera fácil es contar cosas de su familia. Así, ha usado a su madre y a su abuela para multiplicar las visitas. Lo que nadie esperaba era que sacara a la palestra a una persona que se ha esforzado por mantenerse en un discreto segundo plano.
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Las primeras palabras de Álvaro Lobo
> En estos últimos doce meses, las cosas han cambiado mucho para Alejandra. Además, en todos los aspectos. Lleva solo un año con su pareja, Álvaro Lobo, un Dj que tiene siete años más que ella. Cuando conocimos su romance, el joven se convirtió en uno de los rostros más buscados. Ha recibido suculentas ofertas para conceder entrevistas, participar en programas… Pero él rechaza todas las propuestas porque desea vivir de música. Gane mucho o poco pinchando en discotecas, no quiere usar la popularidad de su familia política ni verse salpicado por la fama.
Sin embargo, Alejendra se ha saltado a la ligera las intenciones de su novio y le ha colocado en el disparadero. Su ambición no conoce límites. Con la finalidad de hacer que sus vídeos acumulen miles de visitas y poder renovar su contrato con la cadena, ha convencido a Álvaro Lobo para que salga en su último vídeo. Unos minutos en los que escuchamos por primera vez al yerno de Terelu. Además, aparece hablando de cosas por las que cualquier cadena o revista le hubiese pagado una importante cifra de dinero. A continuación, sus confesiones más ocultas.
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Sus planes más personales, al descubierto
> Muy inteligente y manejando sus cartas con maestría, Alejandra ha organizado con Álvaro un encuentro en el que le pone a prueba para ver si la conoce tanto como debería. La única hija de Terelu y el empresario Alejandro Rubio ha aprovechado esta oportunidad para tantear a su chico con la idea de la boda. Así, le ha preguntado por cómo cree que sería su vestido nupcial. «Sería blanco y raro, porque a ella no te gustan convencionales», aseguraba el Dj.
Pero las discrepancias en el vídeo llegan cuando hablan de una posible fecha para pasar por el altar. «¿Con qué edad me gustaría casarme aproximadamente?», le decía Alejandra a Álvaro. «Entre 25 y 28», contestaba el Dj. Una respuesta que no coincidía con la de ella. Y es que la joven desea dar el «sí, quiero» cuando tenga, como mucho, 23 años. Ante esto, Lobo quiso solucionarlo diciendo que con lo de los 25-28 se refería a la edad de él, algo que no cuadra para nada si tenemos en cuenta que este verano soplará 26 velas… Sea cuando sea, ella sigue rentabilizando al máximo posible su apellido. Descubre en la siguiente página todos sus ingresos.
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Los planes para aumentar su fortuna
> Además de este canal, por el que se embolsa unos 4000 euros al mes, Alejandra tiene otro trabajo: es relaciones públicas de Oh My Club, una de las discotecas de moda de la capital. Por si esto fuera poco, está empezando a rentabilizar su éxito en las redes sociales, donde sus seguidores crecen como la espuma. Así, Ale, como la llaman sus allegados, está dejándose querer por diferentes marcas que le envían regalos a cambio de hacer promoción de manera velada en su cuenta de Instagram.
Sabe que esta es una manera muy fácil de ganar dinero y productos. Aunque al principio no hacía colaboraciones con marcas, la cosa ha cambiado de manera radical. Nuevamente vuelve a hacer suya la frase de «donde dije digo, digo Diego». De hecho, incluso ha contratado a la empresa, R Medios Marketing (dirigida por Remedios Cervantes) para sacar partido a su popularidad.
