Llegó el momento de la verdad. Se acabó lo que se daba entre don Juan Carlos y doña Sofía. Ya no habrá más situaciones forzadas en público. La reina ha conseguido lo que quería. Le da igual el qué dirán. Se cansó de correr tras su marido mientras él se perdía en otros brazos. La decisión es firme y no hay vuelta atrás. Así han pactado esta separación que se escribió hace muchos años. Te lo contamos todo a continuación.
Doña Sofía se cansó de esperar
> Ya no habrá más desplantes ni malos modos. Doña Sofía se cansó de esperar ese abrazo que nunca llegó. Ese beso que anheló durante años. La reina se planta y le hace un corte de mangas a don Juan Carlos. Nada quiere saber de él. No hay vuelta atrás. “Alea iacta est”, le dijo a su hijo, que se sintió frustrado al no haber podido conseguir un pacto de no agresión entre sus padres.
Doña Sofía tiene claro que desea pasar este tramo de su existencia tranquila. Junto a los suyos. En estos momentos una de sus mayores preocupaciones es su hermano. Constantino no se encuentra bien, de ahí que su hija Theodora haya adelantado la fecha de su enlace matrimonial. Desea ir al altar del brazo de su padre. Se prepara la gran boda griega. A la que se sospecha no acudirá doña Letizia, que no se lleva ni con Griegos ni Borbones. Ambos bandos la ignoran y hasta la prefieren bien lejos.
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El exilio dorado de don Juan Carlos
> Miami es uno de los puntos preferidos de don Juan Carlos para establecer su cuartel general. Se trata de un lugar donde tiene todo lo que necesita. Tal y como ha confirmado Consuelo Font en LOC, el rey ha pasado allí el cumpleaños de su hermana Margarita. Concretamente en Palm Beach, arropado por los hermanos Fanjul, multimillonarios gracias al azúcar. Sin duda, don Juan Carlos no podría tener mejores anfitriones. Y si se cansa de Florida, puede dar el salto al Caribe, donde el clan tiene numerosas propiedades. La más mediática, Casa de Campo, en Santo Domingo. Se trata de un complejo residencial con resort de lujo incluido.
Es en La Romana donde el rey suele escaparse cuando los problemas arrecian en España. El lugar también ha sido testigo de sus amores con Corinna. A los Fanjul nunca les cayó demasiado en gracia la rubia dama dada su voracidad económica. Desconfiaron de ella desde el principio al ver su afán de hacer negocios.
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A la reina le brillan los ojos
> En cuanto a doña Sofía, lo tiene claro. Se desplazará con frecuencia a Porto Jeli para reunirse con Constantino y Ana María. También desea visitar otros países ahora que tiene más tiempo. Le encantan aquellos lugares ricos en cultura y arqueología. Como siempre, la princesa Irene irá con ella. En realidad, es como si fueran una sola persona. Siempre juntas. Irene es su roca, quien la contiene cuando las cosas van mal dadas.
Ciertamente, doña Sofía está feliz y liberada. Se ha quitado un peso de encima al no tener que seguir haciendo el paripé junto a su marido. Eso sí, ha dado palabra a su hijo de que estará al servicio de la Corona siempre que la necesiten. Don Felipe no puede prescindir de ella. Es el miembro de la familia real más querido.
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La jubilación de doña Sofía en manos de Letizia
> Dicen que antes de dar el sí definitivo a la abdicación, don Juan Carlos preguntó: ¿Está preparada Letizia para reinar? La respuesta fue “Sí”. Nadie duda de que empeño y ganas no le faltan. Sin embargo, no acaba de conectar con una buena parte de la sociedad. Se la percibe distante y fría como el hielo. Las campañas que se han hecho en Zarzuela para acercar su imagen han sido un fracaso. Con o sin canas, con o sin maquillaje, doña Letizia no consigue empatizar.
Así las cosas, doña Sofía tiene que estar presente. No puede jubilarse definitivamente. Ahora más que nunca, la Corona la necesita. Esto es algo que trae a maltraer a doña Letizia, que creyó que lograría calar hondo para así poder hacerse un hueco. Siempre fue consciente de que la sombra de su suegra era alargada pero no tanto. Por otro lado, lleva fatal las comparaciones con doña Sofía porque, afirma, siempre sale perdiendo.
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Elena, Cristina y Felipe ante la separación de sus padres
> Los hijos de don Juan Carlos y doña Sofía han sido testigos desde bien pequeños de las desavenencias reinantes en el seno familiar. Tienen asumido que sus padres no se soportan y que mejor están lejos que cerca. Aunque Elena, Cristina y Felipe quieren mucho a su padre, en esta cuestión son más cercanos a su madre. La han visto sufrir y derramar muchas lágrimas. Por otro lado, no han sido ajenos a los comentarios sobre los líos de faldas de don Juan Carlos.
En su momento, Elena, Cristina y Felipe dijeron a sus padres que lo que más les importaba era su felicidad y que hicieran lo que consideraran oportuno. El rey ha intentado buscar una solución entre ellos pero no ha sido posible. Así las cosas, cree que su madre se merecer ser feliz y ha dado vía libre a esta separación total sin papeles.
