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Letizia comienza una cruzada con su propio círculo y humilla a uno de sus íntimos

Las cosas no están siendo nada fáciles para la reina de España. La relación de Letizia con su familia política está completamente rota. Y aunque esto viene de largo, es ahora cuando se hace más evidente. No soporta el hecho de no poder controlarlo todo y ve impotente cómo sus sobrinos se están rebelando. Por si esto fuera poco, está muy enfadada con su propio entorno al ver que cada  vez hay menos gente en la que puede confiar.

El monumental enfado de Letizia

reina Letizia

> Firme y tajante en sus decisiones. Así es Letizia Ortiz, una mujer con carácter. La Reina no soporta la traición y la deslealtad, es algo que no perdona. Además, si alguien de su círculo osa a fallarla, no le tiembla el pulso y saca a esa persona de su vida de manera inmediata. Poco le importa si se trata de un simple malentendido o si es un hecho que tiene explicación. Tampoco le importa lo lejana o cercana que sea esa amistad. La mujer del jefe de Estado solo quiere a su lado gente que baile a su ritmo, que acate la férreas normas que ella pone.

De esta manera, si sospecha que alguien de su entorno ha deslizado algún dato a los medios de comunicación, inmediatamente lo borra del mapa sin dar pie a una reconciliación. Letizia no quiere que los españoles sepan absolutamente nada de ella. Tampoco de sus hijas, a las que desea darles una infancia anónima y que actúen como si no llevaran sangre azul en sus venas. Por eso, al descubrir que tiene uno (o varios) topos cerca, ha tomado unas drásticas medidas que te desvelamos a continuación.

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Un inesperado desplante

Letizia comienza una cruzada con su propio círculo y humilla a uno de sus íntimos

> Lo que hizo saltar todas las alarmas fue que Letizia no acompañara a su marido en su última visita oficial a Barcelona. A finales del pasado mes, la sede del IESE Business School de la ciudad condal acogía el premio “Reino de España a la Trayectoria Empresarial». Un galardón que en esta ocasión tenía un significado especial para la esposa de Felipe VI. Y es que el homenajeado de la noche era Mariano Puig, ex CEO de la multinacional de moda, perfumería y cosmética Puig. Una empresa con la que la Reina tiene una estrechísima relación desde hace tiempo. Especialmente con Marc Puig, actual presidente de la marca.

«Puig posee Carolina Herrera y Nina Ricci, dos de las marcas fetiche de la reina. Sus vestidos y complementos han estado a su disposición gratis total durante catorce años, y su ausencia llamó la atención de los presentes», explicaba Pilar Eyre. Consciente de que su comportamiento no había sido adecuado, Letizia intentó solventarlo. Para que esta poderosa familia a la que tantos favores debe se olvidara del desprecio hecho a su anciano patriarca, la Reina vistió en sus actos posteriores piezas de las firmas que ellos llevan. Descubre los motivos que se esconden tras esta espantada.

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El punto de no retorno

Reina Letizia

> Contra todo pronóstico, la reina ha colocado Barcelona en el saco de lugares non gratos. Según la periodista antes citada, «Letizia no vuelve a Barcelona ni atada con cadenas». Aunque en el pasado fue una de sus ciudades preferidas, ya ha pasado a mejor vida y hace todo lo posible por no pisarla. Además, ella no se rige por lo convulsa que es allí la situación política ahora mismo sino que se deja llevar por un asunto meramente personal. La realidad es que mujer de Felipe VI se siente traicionada por el círculo íntimo que tenía en Cataluña.

Letizia tiene desde hace tiempo amigos que forman parte de la burguesía catalana. Sin embargo, ha cortado todo el contacto con ellos después de que se hicieran públicas algunas de las exigencias que impuso en alguno de sus últimos actos en Barcelona. No le gustó nada que se publicara que hizo que solo 24 horas antes de la inauguración de la nueva sede de Puig se cambiara el catering. Tampoco que se supiera que mandó cambiar hasta en siete ocasiones una prenda firmada por Custo Dalmau. Y aunque en Madrid tiene el mismo comportamiento, su grupo de aquí es más silencioso, sigue al dedillo la imposición de la ley del silencio. Pero esto no es todo, sigue leyendo y entérate de lo lejos que puede llegar.

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Borrando los recuerdos

Letizia comienza una cruzada con su propio círculo y humilla a uno de sus íntimos

> Ni siquiera su hermana, Telma Ortiz, es capaz de conseguir que Letizia pise territorio catalán. Cabe recordar que el miembro más discreto y esquivo con la prensa de los Ortiz Rocasolano tiene su residencia fijada desde hace tiempo en Barcelona.Allí la acompaña su única hija, Amanda, a la que va a buscar a clase y lleva a las actividades extraescolares como cualquier otra madre anónima. La mediana del extinto matrimonio formado por Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz trabaja para el ayuntamiento después de que Joan Clos creara un puesto a su medida.

Y aunque Telma disfruta de una vida tranquila en la que no lidia con los flashes, la Reina prefiere que las reuniones con su hermana y su sobrina se produzcan en Madrid. Letizia ha roto completamente todos sus vínculos con la ciudad condal a pesar de que allí tiene inmejorables recuerdos. Cabe recordar que allí pasó divertidos veranos a lo largo de su  juventud, allí cosió Manuel Pertegaz su traje de novia, allí compró el entonces príncipe de Asturias su anillo de pedida…

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Las contadas excepciones que ha hecho Letizia

Letizia comienza una cruzada con su propio círculo y humilla a uno de sus íntimos

> Las última visitas de doña Letizia a Cataluña se han producido por un motivo de fuerza mayor, un compromiso ineludible para la corona y sus representantes. La Reina visitaba el pasado mes de agosto Barcelona. Y lo hacía para participar en el homenaje organizado durante el primer aniversario de los tentados terroristas que tuvieron lugar el 17 de agosto de 2017 en el paseo de Las Ramblas y en Cambrils. Su visita fue breve. Interrumpió sus vacaciones secretas solo para este acto que tuvo a la Plaza de Cataluña como epicentro. Una vez concluido el solemne acto, siguió disfrutando de los días de asueto en familia.

La anterior ocasión en la que pisó esta ciudad fue también por este mismo motivo. Escasos días después de producirse los brutales atentados yihadistas, tanto ella como don Felipe se desplazaron con premura a Barcelona. Allí se reunieron con los representantes del Gobierno, visitaron a las víctimas que estaban ingresadas en el hospital, presidieron un funeral en la Sagrada Familia…