No ha pasado ni siquiera un mes desde que saltara a la palestra, pero Cristina Pujol ya está rentabilizando su nuevo estado sentimental: tiene el corazĂłn ocupado por Kiko Matamoros. A pesar de que pedĂa intimidad e insistĂa en querer hacer su vida lejos de la popularidad, la catalana se ha dejado cegar por los flashes. Se ha subido al carro de la fama y ha concedido su primera exclusiva. Estamos ante una autĂ©ntica bomba televisiva.
Una llegada plagada de incoherencias
> A mediados de enero, ante la atĂłnita mirada de todos, Kiko Matamoros aseguraba estar enamorado. En pleno directo de Sálvame confesaba tener novia y revelaba algĂşn dato de ella. HacĂa especial hincapiĂ© en la belleza de esta catalana afincada en Albacete aunque evitaba enseñar imágenes. Explicaba que llevaban solo un mes viĂ©ndose pero que no le parecĂa pronto para contarlo a España porque estaba muy seguro de lo suyo. Por otro lado, con esta revelaciĂłn se aseguraba un cese en los rumores que le relacionaban con distintas mujeres.
El que fuera amigo de Carmina Ordóñez pedĂa que la prensa no atosigara a Cristina puesto que la intenciĂłn de ella era mantenerse ajena a todo. No forma parte del mundo mediático y asĂ quiere seguir. O mejor dicho, querĂa, porque la doble de Angelina Jolie ha tardado poco en contradecir a su pareja y saltar a la palestra por voluntad propia. Con el pretexto de defenderse de las crĂticas vertidas sobre ella, ha empezado a rentabilizar este romance. Y en sus declaraciones, que te mostramos a continuaciĂłn, no deja tĂtere con cabeza.
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Dispuesta a sacar la artillerĂa pesada
> Cristina habla por primera vez largo y tendido para Lecturas. Y lo hace sin titubear. Se mantiene firme y amenaza con recurrir a la justicia para defenderse de todas las cosas que se han dicho de ella. Comenta que no ve la televisión pero, sin embargo, sà está al corriente de cada información que lleva su nombre. «He sufrido mucho por todo lo que se dice de mà y voy a demandar a todos los que han llamado para decir barbaridades», amenazaba.
Eso sĂ, avanza que hará una excepciĂłn y no tomará medidas legales contra la persona que más daño le ha hecho, su hijo mayor. Cabe recordar que Jonathan, de 19 años, fue el primero en criticarla en televisiĂłn. «Contra Ă©l no voy a hacer nada aunque me pisotee la cabeza. Me hice bailarina de estriptĂs para darle lo mejor. La familia de su padre (con el que vive desde los 13 años en Valencia) piensa que soy mala y le han absorbido, es una situaciĂłn cruel», se lamentaba.
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A diestro y siniestro contra las ex de Kiko
> La novia de Kiko revela algunos datos de su pasado, pero ha aprendido muy pronto del negocio y sabe que para mantenerse en el candelero debe hablar de los demás. AsĂ, no tiene reparos en hablar de la que ha sido el gran amor de Matamoros, Makoke, quien insinuĂł que esta relaciĂłn no llegarĂa a buen puerto. «No me afectĂł por mĂ pero sĂ por Kiko, porque es como si Ă©l se lo estuviera inventando, y yo no soy ninguna mentira. Estoy aquĂ y soy real», aseguraba.
TambiĂ©n tiene palabras para SofĂa Suescun. Y es que, aunque Kiko lo negaba por activa y por pasiva, al final ha reconocido que tuvo encuentros Ăntimos con la reina de los realities. Un idilio que se produjo escasos dĂas antes de que ella entrara en escena. «No tengo celos. Tiene 20 años y será mona la chica, pero…», decĂa Cristina muy segura de sĂ misma. Y es que tiene claro cuál es el siguiente paso.
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 Unos sorprendentes planes de futuro
> La pareja no deja de hacer alarde de su felicidad. Llevan menos de dos meses saliendo pero ya hacen importantes planes de futuro. Algo que resulta cuanto menos sorprendente si tenemos en cuenta que Kiko tardĂł casi dos dĂ©cadas en dar el paso de casarse con Makoke. «Me harĂa ilusiĂłn verme vestida de blanco, serĂa bonito», aseguraba Cristina, que incluso se aventura a ampliar la polĂ©mica familia Matamoros.
«Los dos hemos sufrido mucho con nuestros hijos pero me harĂa ilusiĂłn quedarme embarazada y no lo descarto. Alguna vez lo hemos hablado en broma y Ă©l dice que se le da muy bien hacer niñas», reconoce Cristina, que pronto se instalará en el piso que ha alquilado Kiko en Madrid. «Es todo muy bonito y si sigue asĂ, Âżpor quĂ© no? Vivirá con nosotros mi hijo pequeño. Él tiene once años y va conmigo a todos lados», explicaba.
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Una relación que hace aguas: sin el beneplácito de los suyos
> Pero no todo es tan bonito como Cristina y Kiko intentan vender. Lo cierto es que ninguno de ellos cuenta con el visto bueno de su familia. Están hablando de importantes decisiones conjuntas como estar bajo el mismo techo o formar una familia cuando los hijos de Matamoros ni siquiera han dado el paso de querer conocerla. «No conozco a ninguno de sus hijos. Si Kiko viera que se puede dar ese momento, claro que querrĂa conocerlos», decĂa.
Por su parte, a los allegados de ella tampoco parece hacerles mucha gracia este romance. «Mi madre, cuando se enterĂł de que estaba con Kiko, no le gustó», reconoce Cristina, que vive con su progenitora. Él no conoce a su suegra. Pero lo que más sorprende es que tampoco ha visto nunca al niño con el que empezarĂa a convivir. «No se conocen ni han hablado por telĂ©fono, pero mi niño le ha visto alguna vez en la tele», se excusaba. Hay cosas que caen por su propio peso…