Mucho se ha hablado de la relación entre la reina Letizia y doña Sofía. Si hay algo especialmente complicado a veces es el contacto que se establece no solo en la realeza, sino también, en todos los ámbitos, entre suegras y nueras. Resulta muy poco habitual desde el punto de vista histórico que dos reinas coincidan en el mismo trono. Y en nuestro país así es. No les está resultando nada fácil a ninguna de las dos habituarse a esta situación. Y han pasado por varias rachas complicadas.
La escena más desagradable de la historia de la Monarquía
Lo que parecía una relación idílica ha terminado como el Rosario de la Aurora. Y hay pruebas gráficas que han ido mucho más allá de un mal gesto. La alumna se ha convertido en “la Jefa”, al ocupar por protocolo un papel preponderante sobre su suegra, que ya es solo soberana emérita. Fue en el domingo de resurrección. La escena fue muy desagradable. Doña Sofía, una abuela a la que le encantan los álbumes de fotos quería una imagen junto a la princesa de Asturias y pidió al fotógrafo de Zarzuela que se la hiciera. La Reina en ejercicio se lo impidió, y la heredera, nerviosa ante la tesitura de obedecer a su madre o a su abuela, dio un manotazo a doña Sofía. Letizia se abochornó al ver aquello. Había puesto en peligro la imagen de su propia hija. Los expertos de Zarzuela idearon en menos de 24 horas una solución, pero fue casi peor el remedio que la enfermedad.
