El 2018 está resultando un año complicado para doña Letizia. La soberana tiene que lidiar con varios frentes abiertos de importante calado. Y lo que se suponÃa un cálido y dulce verano, tampoco lo será. Agosto se presenta como un mes horribilis para la Reina.
26El principio de fin
La relación de don Felipe con sus hermanas siempre ha sido excelente. Desde pequeños, los tres mantuvieron un estrechÃsimo contacto. CompartÃan habitación de juegos, hacÃan los deberes juntos y era uña y carne. Asà lo quiso y fomentó doña SofÃa, sabedora de que esos lazos siempre estarÃan ahà pasara lo que pasase. Para ella, el vÃnculo con sus hermanos, Irene y Constantino, ha sido vital en momentos difÃciles.
Cuando don Felipe comentó a sus padres que habÃa encontrado el amor, don Juan Carlos no estuvo de acuerdo. El hecho de que Letizia estuviera divorciada era algo que no agradó al monarca. SabÃa que eso serÃa motivo de fuertes crÃticas a la Corona y que muchos ciudadanos no lo verÃan bien. Por su parte, la reina SofÃa, aunque sabÃa que no era la candidata ideal, apoyó a su hijo.
Las infantas Elena y Cristina se pusieron de parte de su hermano. Ni lo dudaron. Para ellas, su felicidad estaba por encima de todo. Y más tras lo mucho que habÃa sufrido al romper con Eva Sannum. En esa ocasión, la razón de Estado ganó al corazón. Sin embargo, con Letizia, don Felipe no estaba dispuesto a dejar que ocurriera lo mismo. Todo iba bien entre ellos hasta que ocurrió un hecho que marcó un antes y un después.
En julio de 2005 en Zarzuela se celebró el bautizo de Irene UrdangarÃn. Al parecer, los padres de Iñaki UrdangarÃn no tenÃan donde alojarse, algo debió ocurrir que provocó semejante situación, y la infanta Cristina pidió a don Felipe y doña Letizia si podÃan quedarse en su casa. Sin embargo, su cuñada respondió que no, que tenÃa muchas molestias debido al embarazo y que no estaba para huéspedes. Aquello fue el principio del fin. Los desencuentros continuaron hasta desembocar en un muro de incomunicación.